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Hua Lifang levantó la barbilla. "No tengo miedo de decirte honestamente que me conmovió cuando supe que Lichen me ha estado buscando durante tantos años. De todos modos, ya estoy divorciada, así que está bien que persiga mi felicidad. Se que tú y Lichen solían conocerse, y también escuché de Lichen que él pensó que eras yo por un tiempo, pero no eres yo, ¿verdad? Por lo tanto, espero que le prestes atención a tus palabras y acciones. Es mejor para todos de esa manera".
Hua Lifang estaba vestida por un estilista profesional en estos días. A pesar de que parecía normal, todavía podía verse como una estrella. Naturalmente, esto le había dado mucha confianza a Hua Lifang.
Ella solo sentía que se había visto normal antes porque no se vistió elegante. Mientras ella se vestía elegante, no era menos atractiva que las ex-novias de Gu Lichen.
Con eso, Hua Lifang miró a Ling Yiran y dijo: "Espero que no interfieras en mi felicidad, Yiran. De lo contrario, no te mostraré misericordia incluso si somos parientes".
Ella no permitiría que nadie se interpusiera en su camino. ¡Ella aprovecharía la oportunidad y se quedaría en la cima de la jerarquía!
...
Era un sueño similar... En el sueño, el rostro del niño todavía estaba borroso, pero en el sueño, ella agarraba su mano con dificultad. Los dos niños casi gastaron todas sus fuerzas para escalar.
Era una pendiente empinada. Si resbalaban y caían, incluso si no estuvieran muertos, sufrirían heridas graves.
El cuerpo del niño temblaba de cansancio mientras la niña continuaba animándolo. "No te soltaré. Con un poco más de esfuerzo, podrás subir. Yo... te llevaré allá. ¡No te desanimes!".
"¿Estás segura de que no me soltarás?", preguntó el niño tímidamente.
"Sí", dijo la niña con gran certeza.
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