Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 714

Cuando Gu Lichen se paró frente a ella, Ling Yiran estaba en un ligero trance.

"¿Por qué me miras así?". Su voz fría sonó en sus oídos.

"¿Qué?". Ella de repente volvió a sus sentidos.

"Es como si estuvieras buscando algo en mí". Él se inclinó hacia adelante de repente, su rostro acercándose ante sus ojos. "Pensé que solo estabas interesada en Yi Jinli. ¿Hay algo en mí que te interese?".

Ella retrocedió inconscientemente, tratando de evitarlo.

Sin embargo, los tacones que llevaba hoy ya eran altos. Los tacones se inclinaron cuando dio un paso atrás, y el vestido ahora se había convertido en un obstáculo, haciéndola caer hacia atrás sin tiempo para reaccionar.

¡Lo único que podía hacer era tender la mano y agarrar algo instintivamente!

¡Bam!

Su mano agarró otra mano como si fuera alguien que estuviera a punto de caer de un acantilado y por fin hubiera tenido la oportunidad de sobrevivir. Ella lo agarró con fuerza con sus cinco dedos.

Al momento siguiente, un brazo rodeó su cintura e impidió que cayera.

"¿Estás bien?". Ella escuchó la voz de Gu Lichen.

Ling Yiran se puso de pie sorprendida. Sin aliento, ella miró sin comprender la mano que sostenía.

Ella estaba sosteniendo la mano de Gu Lichen.

¡Ella lo estaba sosteniendo con tanta fuerza!

Así era como la niña había tomado la mano del niño con tanta fuerza en sus sueños.

Su cabeza... ¡Le dolía de nuevo!

'¿De quién... de quién es esa voz? ¿Quién me habla al oído?’.

Su dolor de cabeza empeoró cada vez más y el dolor agudo parecía hacer que su cabeza estallara.

"Me duele...". El sonido de sus gemidos escapó de su boca.

"¿Es un dolor de cabeza? ¿Qué diablos te está pasando?", preguntó Gu Lichen. La mujer frente a él estaba pálida con gotas de sudor saliendo de su frente.

Su mano se aferró a su sien, y parecía como si estuviera sufriendo de un dolor intenso.

Mirándola así, su corazón no podía evitar tensarse. Un sentimiento llamado angustia continuaba extendiéndose por todo su cuerpo con raíces en su corazón.

"Te llevaré al hospital ahora mismo", dijo Gu Lichen rápidamente.

Sin embargo, una de sus manos seguía agarrándola con fuerza, y sus dedos casi parecían presionar sus huesos.