Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 719

Sin embargo, la forma en que ella se veía ahora... Sin mirarse en el espejo, Ling Yiran sabía que su apariencia en este momento haría que los sirvientes los malinterpretaran.

Su rostro ardía terriblemente ahora, y sus labios estaban casi entumecidos por el beso.

Yi Jinli fue a la habitación con Ling Yiran en sus brazos y la acostó en la cama.

Sus dedos largos empezaron a desabotonar su corbata, su chaqueta de traje...

Ling Yiran luchó por sentarse en la cama. "Jin, escúchame".

"Claro, dilo. Te escucharé", dijo sombríamente. Sin embargo, sus dedos comenzaron a desabotonar la camisa de abajo, y sus ojos, que la miraban, tenían un deseo inconcebible.

La cara de Ling Yiran, que se había puesto roja en el coche, se puso aún más roja.

De repente ella sabía lo que él iba a hacer a continuación.

Sin embargo, ¡era más importante aclarar las cosas primero!

"Usé la palabra equivocada cuando dije salvavidas. Lo que realmente quise decir es que era una emergencia, así que agarré... agarré su mano...".

Su voz se fue apagando mientras hablaba, ya que él se había quitado la camisa y expuesto su torso peludo...

Él se acercó a ella, se inclinó hacia delante y apoyó las manos en el borde de la cama. Mirándola, dijo: "Ya sea que usaste la palabra incorrecta o si fue una emergencia, ¡soy la única persona en este mundo que puede ser tu salvavidas!".

Ling Yiran estaba atónita, solo sintiendo que ella se enredaba en sus ojos.

"¿Me entendiste?". Su rostro se acercó aún más al de ella, su aliento cálido roció sobre ella.

"Yo... te entendí...". Ella casi no podía evitar responderle.

Era suficiente para asfixiarse a sí mismo.

"No necesitas estar celoso de nada. Te amo, a nadie más", ella dijo, sin querer el más mínimo malentendido.

"¿Qué tanto me amas?". Su voz era excepcionalmente ronca, lo que hacía que la gente se perdiera gradualmente en ella.

"Mucho, Jin. Quiero envejecer contigo", dijo Ling Yiran.

Al momento siguiente, ella sintió que su mano abría la cremallera de su vestido.

Su rostro se puso más rojo, e incluso su piel estaba teñida de un rosa pálido, pero... Ella no trató de detenerlo.

Cuando el vestido plateado se desprendió de su cuerpo, su piel clara contra el collar de rubíes la hacía lucir aún más delicada.