Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 826

"No, gracias. No cambiaré de trabajo por el momento. Lo haré cuando haya alcanzado algunos logros reales y tenga una mejor hoja de vida", ella dijo.

"¿No te importa cómo te tratan esas personas?".

"Sí me importa, pero... esa es también la frustración de ser un adulto. Aunque no me llevo bien con esas personas, aún así tengo que quedarme ahí para ganarme la vida. En cuanto a ellos... Um, era la segunda hija de la familia Hao, Hao Yimeng, quien quería avergonzarme. Si me ayudaban, estarían ofendiendo a Hao Yimeng. No somos tan cercanos, así que no tienen ninguna razón para hacer eso por mí, ¿verdad?".

Bai Tingxin estaba algo sorprendido. No esperaba que ella fuera tan comprensiva.

Sin embargo, después de decir eso, ella se congeló y lo miró de manera extraña.

"¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?", él preguntó frunciendo el ceño ligeramente.

Ella apretó los labios durante mucho tiempo antes de decir: "Nada... tengo hambre y quiero comer algo".

"Está bien". Bai Tingxin sonrió.

Como no era la hora de cenar, Bai Tingxin llevó a Qin Lianyi a una tienda de postres que era bastante popular en estos días.

Él pidió el postre que le interesaba, pero Qin Lianyi estaba un poco distraída. Seguía mirando a Bai Tingxin.

Naturalmente, él sentía que algo le pasaba, pero... se sentía bien cuando ella lo miraba de esa manera.

"¿Qué pasa? ¿Por qué sigues mirándome?", preguntó Bai Tingxin con una sonrisa.

Qin Lianyi se mordió el labio. Todos en este mundo sabían cómo buscar beneficios y evitar lastimarse. Ella entendió que sus colegas y el director temían ofender a Hao Yimeng, por lo que no se atrevieron a intervenir en sus asuntos con esa mujer.

Ella se quedó sin palabras.

En cuanto al tiempo que habían pasado juntos estos días... Si existía el supuesto sistema de calificación de novios, incluso si él no obtenía una puntuación completa, definitivamente tenía una puntuación alta.

A veces ella no podía evitar pensar que si podía encontrar un novio que la tratara tan bien como él, entonces sería realmente feliz.

Él le hizo saber lo que era ser amada con tanto cuidado por un hombre.

"Bai Tingxin, creo que me gustas. Si quieres, entonces... ¿Qué tal una relación real? No una que tenga como premisa la venganza, pero ¿seamos una pareja real?", dijo Qin Lianyi.

Por cierto, esta era la primera vez que ella se estaba confesando a un hombre tan en serio.