Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 851

Qin Lianyi abrió mucho los ojos mientras miraba el rubor en sus mejillas. ‘Dios... él... se está sonrojando. No es verdad, ¿verdad? ¿Realmente se está sonrojando?’.

Ella no pudo evitar levantar la mano para tocar su mejilla.

Él se puso rígido pero no la detuvo. Dejó que sus dedos acariciaran su rostro. "¿Qué... estás haciendo?".

"¡Guau! Bai Tingxin, te estás sonrojando...". Ella estaba sorprendida.

Él se puso aún más rígido y volteó la cabeza de inmediato. "No digas tonterías".

"No estoy diciendo tonterías...". Luego, ella vio que incluso sus orejas estaban rojas.

La mano de ella no escatimó esfuerzos para llegar a sus orejas. De hecho, estaban rojas y ardiendo.

"No hagas eso", él dijo, tratando de apartar su mano.

"Oye, déjame tocarlas un poco más. ¡No las he tocado lo suficiente!", ella gritó, inconsciente de la ambigüedad de sus palabras.

Bai Tingxin ahora se sentía como si lo estuvieran quemando en un mar de llamas. Quería apartar su mano, pero parecía que a su cuerpo le encantaba.

'¿Es este el precio de enamorarse de alguien? Hay momentos en que mi mente y mi cuerpo parecen llevarse la contraria cuando se trata de ella’.

Qin Lianyi estaba completamente fascinada por las mejillas y orejas cada vez más rojas de Bai Tingxin. ¡Solo sintió que su novio era mucho más puro e inocente de lo que imaginaba!

Por lo tanto, ¡parecía bastante normal encontrarse con Yi Jinli aquí!

Sin embargo, ¡ella estaba enojada con Yi Jinli!

Él hizo que Yiran quedara traumatizada por el amor, ¡pero a él le estaba yendo muy bien!

De repente, Qin Lianyi pareció pensar en algo y deliberadamente levantó la voz mientras le decía a Bai Tingxin: "Oh, sí. Tingxin, traigamos a Yiran aquí la próxima vez".

Bai Tingxin arqueó las cejas y miró a su novia que de repente estaba hablando en voz alta. Luego, él miró a Yi Jinli que estaba hablando cerca de la misma salida. Alzó las cejas pensativo y dijo: "Claro".

"Pero no sé si Yiran está libre últimamente. Tiene a alguien persiguiéndola en este momento. Escuché que van a cenar juntos hoy. Algunas personas pueden considerarla como nada, ¡pero ella podría ser un tesoro a los ojos de otra persona!”. Qin Lianyi continuó en voz alta.