Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 880

"¡El Tío Guo me deja montar en sus hombros y me lleva a divertirme!". El pequeño comenzó a enumerar las actividades divertidas con los dedos y la mayoría eran los deportes favoritos de un niño que generalmente jugaba junto a su padre.

Zhuo Qianyun escuchó mientras un toque de tristeza aparecía en sus ojos.

Sin importar cuánto ella trataba de asumir el papel de padre, era un hecho que Lil Yan creció sin un padre. Ella había visto la envidia en los ojos de su hijo cada vez que veía a otros niños con sus padres.

‘Pero... Ye Wenming no sería un buen padre. En lo que respecta a Ye Wenming... Lil Yan nunca debería haber existido'.

Ling Yiran vio la tristeza en los ojos de Zhuo Qianyun, por lo que rápidamente cambió de tema. Mientras se preparaba para irse, ella miró a Zhuo Qianyun y le preguntó: "¿Cómo está tu herida?".

"No es nada serio. No duele mucho cuando camino ahora", dijo Zhuo Qianyun con una sonrisa.

"¿Acaso Ye Wenming volvió a buscarte alguna vez?", preguntó Ling Yiran de nuevo.

Zhuo Qianyun sacudió la cabeza. Desde el día en que ella se hirió frente a él, él nunca volvió a aparecer frente a ella.

"Solo avísame si hay algo que pueda hacer por ti. Puede que no pueda hacer mucho ahora, pero... Muchas manos facilitan el trabajo", dijo Ling Yiran.

Zhuo Qianyun sonrió. "Está bien, yo puedo. ¿Qué hay de ti? ¿Cómo has estado últimamente? Ese Tío Guo que Lil Yan mencionó, tú y él...".

"Solo somos amigos. Tal vez ni siquiera seamos amigos. Él es solo un antiguo colega del Centro de Servicios Sanitarios". Ling Yiran interrumpió a Zhuo Qianyun.

“Probablemente le gustas a ese hombre. De lo contrario, ¿cómo podría tener la paciencia de acompañarlos al parque de diversiones?”.

"Hermana Zhuo, ya no quiero pensar en el romance. Es mucho lujo para mí", dijo Ling Yiran.

Puede que Hua Lifang ya no sea una niña, pero ella amaba las cosas hermosas.

Ella no pudo evitar tomar el vestido para ver cómo se le vería frente al espejo junto al armario.

‘¿Es... un vestido que Lichen quiere regalarme? ¿Es una sorpresa?’.

‘Parece que este vestido vale mucho dinero. Si me lo pongo, probablemente elevará mi clase social. ¿No seré como una de esas personas de la alta sociedad de la ciudad?’.

Al mirarse en el espejo, Hua Lifang ya no se veía a sí misma como la esposa del herrero de una pequeña ciudad que era intimidada por su esposo, sino como una mujer de la alta sociedad en la Ciudad de Shen y la futura Señora Gu.

En ese momento, la puerta del baño detrás de ella se abrió y Gu Lichen salió, con el cabello ligeramente húmedo.