Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 914

Resumo de Capítulo 914: Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante

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'¿Qué lugar ocupo en su corazón?’.

'¿Este sentimiento incómodo es algún tipo de celos?'.

"¿Me habrías buscado si no le hubiera pasado algo?", él preguntó mientras la miraba fijamente.

Ella guardó silencio y no dijo nada, pero su expresión lo decía todo.

Una atmósfera tensa llenó el aire de inmediato.

Afortunadamente, el personal del restaurante comenzó a servir su comida.

Una serie de platillos exquisitos aparecieron en la mesa del comedor, y se parecían a la comida de los carteles.

Sin embargo, Ling Yiran no tenía ningún deseo de comer. Todo en lo que podía pensar era en la Hermana Zhuo y Lil Yan.

'Si Ye Wenming quisiera llevarse a Lil Yan...'. Ling Yiran pensó en la última vez que Zhuo Qianyun fue hospitalizada por una herida.

‘Ye Wenming ni siquiera sabía que existía Lil Yan. La Hermana Zhuo no quería tener nada que ver con Ye Wenming e incluso se lastimó. Esta vez…'.

Ling Yiran no podía imaginarlo.

"Come". Sonó la voz fría de Yi Jinli. Sus largos dedos recogieron los palillos frente a él antes de colocar algo de comida en el tazón de Ling Yiran. ‘’Pruébalo. Es bastante bueno’’.

Ling Yiran volvió a decir: "¿Puedes ayudarme a rescatar primero a la Hermana Zhuo y Lil Yan? Yi Jinli, te lo ruego, ¿está bien? Tengo mucho miedo de que le pase algo a la Hermana Zhuo".

"¿Ruegas?". Él sonrió un poco. "Esta es la segunda vez que me dices 'te lo ruego' hoy".

Ella se mordió el labio y sonrió con ironía, sin siquiera pensar que usaría esa palabra con él después de la ruptura.

La voz de él se detuvo mientras continuaba: "Haré lo que quieras que haga".

Fue como el encanto más seductor para tentarla a aceptarlo.

Ling Yiran se quería reír, pero estaba triste.

Él no quería amarla, por eso quería terminar con ella. Ahora, una y otra vez, él quería que ella fuera su hermana. Ella no entendía por qué él insistía en terminar, pero ahora la estaba obligando a ser su hermana.

Era contradictorio y ridículo.

"¿Qué vas a elegir? ¿Quieres ser una desconocida o quieres ser mi hermana?", él preguntó, mirándola.

Ella miró sus hermosos ojos e incluso pudo ver su rostro en ellos.

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