Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 935

Si ella elogiaba a una celebridad masculina, él no la miraría bien. Al final, tendría que persuadirlo.

Si ella no lo hacía, él le diría a sus padres sobre su viaje a un bar subterráneo.

Por lo tanto, ella solo podía estar sumisa con la cola entre las piernas durante este tiempo.

Por supuesto, si dejara de lado los celos de Bai Tingxin, todo lo demás estaría bastante bien. Por ejemplo, cuando veía la televisión, él automáticamente le daba bocadillos. Cuando le dolía la espalda, le daba un masaje. Cuando ella quería la firma de una celebridad, él se la conseguía. Por supuesto, esto se limitaba solo a celebridades femeninas.

Al mirar la dulzura en el rostro de su mejor amiga, Ling Yiran esperaba que la relación de su mejor amiga con Bai Tingxin fuera fluida hasta el final.

Sin embargo... Mientras pensaba en los antecedentes familiares de Bai Tingxin y la familia Bai, no pudo evitar sentirse preocupada.

'La familia Bai es complicada. Bai Tingxin se convirtió en el patriarca de la familia Bai con la identidad de un b*stardo. ¿Qué tan peligroso sería eso? La Señora Bai y sus dos hijos todavía están vivos y bien. ¿Estarían dispuestos a poner a Bai Tingxin a cargo del gran Grupo Bai Feng?’.

‘¿O están pensando en otra cosa? ¡Después de todo, los miembros de una familia rica y poderosa a menudo luchan a muerte entre sí por la fortuna!’.

¡Ling Yiran solo esperaba que Lianyi pudiera ser más feliz que ella!

Lianyi se merecía lo mejor.

Qin Lianyi conversó con Ling Yiran por un tiempo nuevamente antes de salir del apartamento de Ling Yiran cuando se hacía tarde.

Las noches en la Ciudad de Shen en septiembre no eran tan calurosas y sofocantes como durante el día. Era agradable cuando la brisa fresca soplaba en la cara de uno.

Sin embargo, Qin Lianyi se sintió deprimida al pensar en cómo Yiran estaba atrapada con Yi Jinli nuevamente.

Ella no podía hacer nada por Yiran y solo podía ver a su mejor amiga quedarse atascada.

"No". Ella continuó frotándose, sus manos lentamente se acercaron a su cintura.

Bai Tingxi se quedó sin palabras. "¡Qin Lianyi!".

"¡Está bien, está bien!". Ella rápidamente retiró las manos, levantó la cabeza y lo miró con ojos redondos. "Vine a verte porque quería verte".

Por un momento, él se sintió perdido en sus ojos.

'Ahora que lo pienso, he visto muchas mujeres hermosas, pero solo ella puede tentarme y seducirme tan fácilmente'.

Finalmente, Bai Tingxin se recuperó. Miró el reloj de la pared. "¿Querías verme a esta hora?". Ya eran pasadas las 10 de la noche.