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Ling Yiran estaba sorprendida, pero luego descubrió que era Yi Jinli quien la estaba abrazando.
"¿Qué... qué estás haciendo aquí?". Tan pronto Ling Yiran dijo eso, ella se dio cuenta de que había hecho una pregunta tonta. Ella llegó a la comisaría con los dos guardaespaldas que él había enviado para vigilarla. Ellos debieron haberle informado de lo que le sucedió.
"¿No quieres verme?". Yi Jinli levantó la mano e inmediatamente sacudió el lugar donde Gu Lichen la había tocado hace un momento como para quitar la huella de Gu Lichen.
Mientras Ling Yiran se ponía rígida, Yi Jinli levantó la mirada y miró a Gu Lichen. "¡Te lo dije, no puedes tocarla!".
Gu Lichen frunció el ceño ligeramente y levantó lentamente su mirada de fénix. "¡Debo tenerla!".
Esta simple frase era un signo de su determinación.
"¡Imposible!", dijo Yi Jinli con frialdad.
Los delgados labios de Gu Lichen se separaron lentamente. "Puede que antes haya sido imposible, pero ya que terminaste con ella, ¿por qué es imposible?".
Mirando a Ling Yiran, Gu Lichen dijo: "No necesitas darme una respuesta de inmediato. Además, nada de lo que dije hoy fue una broma. ¡Puedo darte todo lo que Jinli te puede ofrecer!".
Ese rostro siempre delicado pero indiferente ahora estaba serio.
Ling Yiran de repente sintió que estaba en trance. Era como si mirara al mismo niño diciéndole con voz infantil: "No estoy bromeando. Vendré a buscarte. Te llevaré a que te diviertas mucho y comas mucha comida deliciosa. ¡Seré muy amable contigo!".
"¡Es suficiente!". El gemido de Yi Jinli interrumpió el trance de Ling Yiran. El rostro de Yi Jinli estaba terriblemente oscuro, mientras que su voz era fría cuando le dijo a Gu Lichen: "Lichen, nunca obtendrás la respuesta que quieres".
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