Adiós al Amor romance Capítulo 19

Antes, María seguramente habría despreciado la oferta, pero ahora no podía permitirse el lujo de rechazarla. Si lograba ganarse el favor de la familia Navarro a través de su dirección en esta danza, su posición en la familia Vargas también podría mejorar un poco.

Pensando en esto, se enderezó y con voz firme indicó:

—El de la izquierda, levanta un poco más la pierna.

Mientras todos practicaban intensamente, el líder entró de repente con el rostro serio y empezó a aplaudir.

—¿Por qué siguen practicando? ¡Váyanse a casa!

Ante el repentino mal humor del líder, todos se miraron desconcertados, incluso María, que estaba sentada, se levantó lentamente y se acercó a él.

—¿Por qué parar si estábamos ensayando bien?

El líder se enfadó al verla, pero debido a su posición, solo pudo responder fríamente:

—No lo sé, la familia Navarro acaba de enviar a alguien para decir que no necesitamos ensayar más, ¡que ya no van a organizar ese acto!

Esta noticia cayó como una gota de agua en aceite hirviendo, provocando un tumulto entre todos.

Algunas personas incluso empezaron a llorar desesperadamente.

Después de todo, contaban con ese dinero para mejorar la situación económica de sus familias, y ahora que se cancelaba de repente, ¿qué iban a hacer?

Escuchando los llantos que se sucedían uno tras otro, el rostro de María se fue palideciendo mientras apretaba la mano y preguntaba:

—¿Por qué lo cancelan de repente?

Incluso el líder, que solía ser paciente, se molestó con su insistencia y dijo con enfado:

—¿Cómo voy a saber yo? Solo dijeron que un invitado había sufrido un accidente bailando antes y no quería ver más espectáculos de baile.

La mayoría de las personas presentes eran nuevas o no habían participado en aquel ensayo, por lo que no sabían que el invitado al que se refería el líder era Isabel.

María no recordaba cómo había salido de allí, el sol de la tarde le picaba los ojos, pero parecía no sentirlo, regresando a casa de manera entumecida, justo cuando Mario estaba a punto de salir.

—¿A dónde vas?

Ella preguntó instintivamente.

—¿Qué te importa?

Mario no le prestaba atención y continuaba hacia la puerta.

Elena acababa de recibir una invitación de la familia Navarro para asistir a la fiesta de cumpleaños de don Francisco.