-¿Has venido para reírse de mí?- dijo Denis y levantó la cabeza para mirar al hombre que estaba enfrente de ella, se sonrió tristemente, -Señor Joaquín, como usted me ha visto a mí así, debería estar muy contento, cuanto más miserable estoy, más contento está usted, ¿no?-
Jaja, cuanto más miserable estaba ella, más tranquila iba a estar Jimena en su tumba, ¿verdad?
- Señor Joaquín… No hace falta que haga tantas cosas, las que había hecho usted antes, no parecía que era usted. Me he estado preguntado por qué de repente usted cambió su actitud hacia mí… Resulta, resulta que era por eso.-
Los ojos negros de Joaquín se encogieron, se entrecortó su respiración, con una mirada extremadamente compasiva, miraba hacia abajo a la mujer que estaba encogida en el armario.
La voz baja de él sonó de repente, -Resulta que era por eso, ¿cómo era eso?
La voz era baja, pero cada palabra llegó al oído de Denis y la mujer se abrazó a sí misma fuertemente. Su corazón latía con fuerza… Cómo se atrevía a lanzar esta pregunta; ¿cómo era eso?
-Jaja, jaja…¿Cómo era eso? Señor Joaquín, ¿me está preguntado a mí? ¿Qué era eso?- Denis levantó la cabeza y miró al hombre que estaba enfrente de ella, su rostro frío y hermoso, de repente ella se señaló a sí misma y le dijo -Joaquín, ¿no entiendes?-
¿Cómo era eso?
¡Todo estaba debajo de su nariz!
-Lo sé, piensa que yo soy la asesina de Jimena, me odia, quiere vengarse de mí, ¡pero soy un ser humano! ¡Un humano! Puedo sentir el dolor, tengo corazón, no soy un títere.-
Denis con la cabeza levantada, sus ojos perdidos de luz, por primera vez sin fingir su dolor, los demostraba a Joaquín, ella le dijo que ya no le salían más lágrimas, le dijo que no podía llorar más, pero en ese momento, sus ojos estaban llenos de lágrimas, con los ojos abiertos le miraba a Joaquín, susurró, -Si hubiera muerto hace tres años, hubiera sido genial.- ella parpadeó, se cayeron las lágrimas de sus ojos y fluyeron por su cara. Muerta, entonces no le hubieran atada en la mesa de operaciones y no le hubieran extraído su riñón, -Usted no va saber nunca cómo es la sensación de que una parte de su propio cuerpo es extraída, lo más aterrador no es la pérdida, ¡sino sentirlo de manera consciente! No va a saber nunca que en ese lugar, cómo es el cielo desde una pequeña ventana de hierro, ¡tampoco sabrá durante esas tres años qué difícil pasar cada segundo! cuando no les obedeces, le quitaron la ropa y le amarra…- Cómo a ella le hubiera gustado morir en ese momento cuando estaba al lado del váter…Denis se atragantó y dejó de hablar, porque ¡ya no podía seguir contando!
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