-¿Por qué dices esto?- señora Yanet miró a su esposo de forma turulata.
-Denis Alonso es tu hija, la nieta biológica de padre.-
¿No recuerdas cuando padre vivía cómo poderosa nuestra familia era? Aunque no pudo alcanzar a la familia García, en toda la Ciudad S, nadie se atrevió a despreciarnos.- Samuel dijo.
Aunque no quiso admitir que su capacidad era peor que su padre, cuando su padre vivía, la familia Alonso era incomparable.
Su mujer se detuvo, -No lo entiendo.-
¿Por qué su esposo se refirió a su padre?
-Padre es poderoso, pero, ¿qué relación tiene con él?-
De verdad, lo entendió todo, pero sus pensamientos estaban desordenados. No quiso entender todo.
Samuel rio irónicamente, -Él dejó Valentín crecer con nosotros, pero quedó aquella niña a su lado para cuidarla. Con tanto tiempo de convivencia, ¿cómo era posible que padre no sabía si ella era su nieta biológica o no?-
-No lo quiero entender. Deja de decirlo, ¡no quiero escucharlo!- la cara de señora Yanet seguía estaba pálida, y quiso tapar sus orejas vehemente.
-Si aquella bastada no fuera la nieta biológica de padre, ¿sería posible que le diera una herencia gigantesca y la educara con tanto dinero?-
¡Boom!
Parecía que la mujer oyó un trueno y que fue golpeada por un relámpago. De repente su cara se volvió más pálida.
No quiso escucharlo ni creerlo. Pero todo era verdad, y tuvo que aceptarlo.
-Si todo es cierto...Yo...- ¡hizo muchas cosas indignas!
SeñoraYanet murmuró y miró hacia el techo con sus ojos desesperados.
Tras saber todo, Valentín se puso asustado. Al notar que la cara de señora Yanet era rara, preguntó -Madre, ¿estás bien?-
-Madre, madre.-
Valentín miró su cara desesperada, y quiso tocar a su madre.
De repente.
La mujer con la cara pálida levantó su cabeza, y miró fijamente con enojo a a Samuel Alonso, -No lo creo! ¡estás mintiendo! Parí a una hija, pero antes de que saliera de la cama, noté con mis propios ojos que en la planta del derecho pie de mi hija no hay un lunar!- no creyó en todo, todo esto era falso.
-¡No lo creo!-
Si esto es verdadero, pues...No, ¡no sería verdad! ¡No sería verdadero!
¡En la planta del derecho pie de su hija no había ningún lunar negro!
-Lo vi con mis propios ojos! Dices que tu padre no pudo equivocarse de su nieta, ¿acaso la madre yo pude equivocarse de mi propia hija?-
¡No era cierto!
¡No podía ser cierto!
¡No!
Antes, señora Yanet era una mujer amorosa y elegante. Cuando estaba juntos con Samuel Alonso, siempre mostró su amabilidad. Aunque ya era viejo, Samuel Alonso no la odiaba.
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