-¿Me conocéis?- Denis ignoró las burlas y el sarcasmo de estas personas, intentó sacar alguna información de ellos sin darse cuenta.
-Claro, la señorita del Grupo Alonso, una rica, ¿cómo no le vamos a reconocer?- dijo el líder mientras hacía trucos con el bastón de béisbol en la mano, creyéndose muy atractivo.
-¿Cuánto dinero os dio? Os pagaré el doble.-
-Vaya, no nos interesa tu dinero.-
Denis vio que no cedieron ni un paso, este tipo de gánsteres no hacían las cosas más que por dinero.
Pero estas personas definitivamente no era por dinero.
Al menos, no era por de dinero simplemente.
De lo contrario, cuando ofreció el doble, no lo habrían rechazado de inmediato sin pensarlo.
¿Quién era?
En ese momento, se le pasaron por la cabeza varias personas, de repente, entrecerró los ojos y dijo,
-El que os mandó era una persona alta, de piel oscura y tenía una cicatriz en el dorso de la mano izquierda, ¿verdad?-
Aunque lo disimularon muy bien, aún mostraron un poco de sorpresa.
-No sabemos de quién estás hablando. Solo recuerda una cosa, señora Denis. Lo que te pase hoy es lo que te merece. Nosotros cogemos el dinero y hacemos lo que nos han pedido. Hoy, Denis, vas a tener que sufrir un poco.-
Al decir eso, el líder hizo un gesto a los dos matones que estaban al lado suyo, -No tengáis piedad. Golpead fuerte.-
La tez de Denis cambió drásticamente. Estos tipos definitivamente no solo estaban bromeando o intentando asustarla.
Varios matones cogieron el bate de béisbol y golpearon hacia su dirección.
Cuando sintió el peligro, inconscientemente se echó a correr hacia la luz.
Pero se olvidó de que, incluso tuviera ambas piernas en perfecto estado, no podría tampoco escapar de estos hombres.
Denis corrió solo unos pasos cuando se cayó al suelo por culpa de esas malditas piernas, y tomó una profunda inspiración debido al dolor que sentía procedente de la parte del coxis.
-¿Corre? Corre.- detrás de ella, se oyó una risa burlona,
-Señora Denis, ¿a dónde quieres ir con tu cuerpo descapacitado? Sé buena, hoy solo queremos hacer por lo que nos han pagado, nadie quiere matarte. Solo queremos romperte un brazo.-
¡Le romperían un brazo!
Denis apretó los dientes y miró enojado hacia el matón que le caminaba,
-Herir a una persona de forma intencionada, ¿acaso queréis ir a la cárcel?-
-¿Por quién nos has tomado? Una persona que puede pagar lo suficiente para romperle un brazo a Denis Alonso, de cualquier forma, debe tener forma para sacarnos de ésta.- el hombre sacó su teléfono y miró, -Apúrate. Cuando terminemos, tenemos que darnos prisa para escapar.-
Denis ya lo entendió, estas personas realmente iban a romperle un brazo y largarse de inmediato esta noche de la Ciudad S.
Denis empezó a dudarse, ¿acaso no era Manrique?
Habría pagado una gran cantidad de dinero para elaborar un plan de escape y hacer que estos gánsteres fueran obedientes.
Al principio pensó que los había mandado Manrique, porque el tiempo era adecuado. Si Manrique no la hubiera llevado a casa, habría cogido un taxi o habría mandado a alguien a recogerla en la Mansión García, esta noche no se encontraría con estos matones.
Manrique la llevó a casa, pero la dejó a cierta distancia de la calle donde vivía, y donde se bajó del coche, no había muchas luces en la calle y estaba escasamente poblada.
Y justo después, se encontró con estos gánsteres.
No importaba cómo lo pensase, Manrique era el principal sospechoso.
Ella confiaba en que Manrique podría comprar a este grupo de gánsteres.
Pero hacer que estos matones rompiera un brazo de la presidenta del Grupo Alonso, una figura semipública como ella, debía tener mucho poder. Manrique obviamente no tenía este poder tanto en el dinero como en sacarles de este asunto.
Era decir, Manrique aún no podía planearlo todo tan perfectamente.
Si no era Manrique, ¿entonces quién sería?
¿Alejandro?
No, imposible.
Ese anciano la ignoró por completo, era distante y arrogante, el carácter típico de la familia García.
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