-Sí, quiero al Grupo García, pero usted no sabe.- los labios sonrientes de Mario cambiaron al instante presionando hacia abajo con fuerza, y su mirada era tan fría que casi le quitó el aliento.
-El Grupo García, puedo esperar y planificar con tiempo. Aún soy joven y tengo suficiente tiempo para combatir con Joaquín. ¡Pero Denis, sin duda me pertenece!-
Significaba que entre Denis y el Grupo García, Mario tenía preferencia a Denis.
Alejandro claramente lo entendió, su rostro se puso pálido, -¡Tú! ¡Tú! ¡Vosotros!-
Él estaba temblando de rabia al hablar y furiosamente vio cómo se fue el “buen” nieto educado, cortés y obediente que tenía hasta el día anterior, mirando cómo se alejaba esa figura esbelta sus ojos ardían por la ira,
-¡Vosotros! ¡Los dos! ¡Uno tras otro!-
¿Esa mujer era tan atractiva?
¡Para que los dos nietos de la familia García estuvieran hechizados por ella!
¡Esa bruja, ese azote!
No debería, ¡no debería haber dejado a esa bruja! Si la hubiera deshecho antes, ¡en ese momento no tendría a dos nietos en su posición opuesto!
Ese viejo bastardo de Miguel. -¡Viejo bastardo, criaste con tus manos a esta nieta para crear problemas a la familia García! ¡Habías planificado muy temprano!- Alejandro no podía creer que ese viejo bastardo, ¡seguía generando caos tras su muerte!
***
Tras regresar del Grupo García, Denis no volvió al Grupo Alonso, sino regresó a casa.
Quizás por el cansancio que la había agotado esos días o por la “sorpresa” de ese día, rápidamente se quedó dormida en el sofá.
Y, cayó en un sueño muy, muy largo.
Todo lo que aparecía en el sueño era tan real y absurdo.
En el sueño, vio a su abuelo fallecido, quien la acariciaba la cabeza diciendo que era muy lista. El abuelo estaba practicando Taichi debajo del árbol en la casa vieja y ella estaba leyendo las notas comerciales del abuelo. También, soñaba con su hermano mayor, Valentín Alonso, quien estaba jugueteando con León, un pastor alemán que su hermano le puso un nombre de León, mientras ella estaba leyendo el cuaderno del abuelo. Era cuando aún eran niños y el perro tampoco había fallecido.
El sueño parecía tan real, parecía que todo había vuelto a aquellos tiempos.
La mujer durmió inquieta en el sofá y, al poco rato, una hilera de finas gotas de sudor apareció en su frente.
En el sueño, se fueron cambiando las escenas.
Al rato, fue sobre su vida en la vieja mansión de la familia Alonso de cuando era niña y el abuelo aún estaba vivo. Al rato, mostraba la escena de su persecución amorosa a Joaquín. Luego fue el escenario de su apogeo cuando ella tenía dieciocho años.
La escena cambió y fue encarcelada horriblemente.
Al rato, fue la escena de la muerte de Karin, y la escena cambió nuevamente a cuando fue liberada de la prisión, vivía difícilmente y aún no pudo escaparse de esa persona.
También, aparecieron sus padres, pero muy borrosos.
-Denisita, quiero estar contigo para toda la vida, y quiero que seas feliz toda la vida.- sonó una voz pura e inocente.
Ella abrió los ojos de repente y miró el techo blanco. Tardó mucho tiempo en reaccionar y se dio cuenta de que todo era solo un sueño.
La mujer se sentó en el sofá, la puerta corrediza del balcón no estaba cerrada, el viento pasaba por el hueco y dio un escalofrío. De repente, se dio cuenta de que estaba sudando sin saberlo.
Levantó una mano para secarse el sudor en la frente, se sentó en el sofá como si un viejo monje estuviera meditando, estaba inmóvil y aturdida como si fuera una estatua.
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