Lázaro demostró con éxito que podía pinchar y poner infusión.
-Ya ves, soy un genio. Un trabajo tan simple, ¿no puedo hacerlo? Te digo que es condescendiente que yo sea tu médico personal. Solo tienes que disfrutar.-
Lázaro sintió inmediatamente orgulloso aunque hacía um momento estaba tan sofocado. ¡Qué palabras malas!
-Te daré un aumento de sueldo.-
Lázaro trató de degradar a Joaquín para despicar, pero él dijo ligeramente que le daría un aumento de sueldo.
De hecho, Lázaro era muy rico. Si le importara el dinero, volvería al Grupo Martín para ser el director general, y ayudar a su padre, de esta forma más rápida ganaría más dinero.
-Joaquín, lo hiciste a propósito, ¿no es así? Te he ayudado a curar a tu cariño, ¿y todavía me degradas deliberadamente?-
Por estar tan furioso, Lázaro dijo lo que pensó en su corazón sin siquiera reflexionarlo.
¡Eso sí!
¡De repente!
El ambiente se puso tenso y el aire a su alrededor se congeló.
-¿Cariño? ¿De quién estás hablando?- En cuestión de momentos, el tono de Joaquín, volvió muy fría.
Después de que Lázaro terminara de hablar, se arrepintió. Sin embargo, al ver la fría apariencia de Joaquín, lanzó el rabillo de sus ojos hacia la dormida Denis en el sofá.
Se irritó sin razón así que habló todo lo que había pensado,
- ¡Denis!-
Lázaro se burló, -Joaquín, no digas que no la es. Si no es tu cariño, ¿por qué te importa si vive o muere? ¿Qué tiene que ver su fiebre contigo? No me digas que la compadeces. ¡Qué clase de persona eres! ¡No sé cuándo el gran jefe Joaquín se volvió tan compasivo! Además, si no es tu cariño, tú condujiste al hospital a la medianoche en persona... ¡Confiésalo!-
Ivana sintió que, en este momento, parecía un poco inapropiada para ella estar aquí.
-Ejem… Jefe Joaquín, si todo está bien, voy a salir… primero…-
-La dejo aquí, y la vigila bien. Cuando se despierte, le dices que se desmayó, así que has encontrado a alguien conocido para que le ponga una infusión.-
Joaquín se mostró frío, dio órdenes rápidamente, extendió la mano, agarró el brazo de Lázaro, tiró de él afuera, hasta salir del despacho e ir a la escalera.
-¡Suelta! Joaquín, te lo advierto, si no me sueltas, te daré una paliza.-
Lázaro fue arrastrado por Joaquín hacia el espacio de la escalera con una mano. Al llegar, Lázaro gritó, pero Joaquín lo empujó, -¿Quieres darme palizas? Vamos, hagamos una competición.-
Al ver que se estaba calentando de verdad, Lázaro no pudo evitar maldecirse a sí mismo: ¡joder, quién va a luchar de verdad con él!
-Oye, somos buenos amigos, no hay nada de lo que no podamos hablar.-
El apuesto rostro de Joaquín se volvió aún más frío, -Lázaro, tú sabes mejor que nadie lo que pasó entre esa mujer y yo.-
Lázaro sabía que Joaquín estaba recordando a sí que no debía hablar más de las cosas entre Denis y Joaquín.
-... ¿Entonces por qué te importa si vive o muere? ¿Qué tiene que ver esto contigo?-
Una fría indiferencia brilló en los ojos de Joaquín, y sus finos labios fruncieron, -aunque sea algo que yo abandonó, antes de dar permiso, la vida y la muerte deben estar en mis manos.- La fría indiferencia en sus ojos hizo que Lázaro sintiera sorpresa.
-Te explico así, Lázaro, ¿ahora entiendes?-
Lázaro miró a Joaquín y se quedó en silencio por un rato y levantó su cabeza, -Joaquín, ¿de verdad crees que la odias tanto?-
-Ha causado la muerte de Jimena.-
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