Amelia romance Capítulo 11

La realidad es, en efecto, diferente a la ficción. Más allá de la protagonista femenina, el protagonista masculino o los personajes secundarios, su destino está en manos del autor.

—No voy a parlotear más contigo. Tráeme la comida por pedido cuando llegue. Voy a tomar una siesta.

Amelia se dejó caer en la única cama de Tatiana y se durmió en cuestión de segundos.

Un tiempo después, Amelia se despertó por el olor fragante de la comida. Salió del dormitorio, atontada, justo a tiempo para ver a Tatiana poniendo la mesa del comedor.

—Tati, ¿tú cocinaste? ¿No te dije que pidieras comida para llevar? —preguntó Amelia, perpleja.

—Bueno, estás plantada. Pensé que era mejor consolarte con comida casera. —Tatiana sonrió.

Amelia la miró de forma fija con una duda no disimulada y dijo:

—El único momento en que no estás holgazaneando como una mascota de sofá es cuando estás escribiendo tus manuscritos. ¿Qué te pasa hoy?

Tatiana se quitó el delantal y lo lanzó hacia Amelia.

—Ve a lavarte la cara y ven a comer. Sigue parloteando y puedes olvidarte de que vuelva a pisar la cocina.

—¡Está bien! Voy ahora mismo. Cocinas cada muerte de obispo. ¿Cómo podría perdérmelo? Pero espera, ¿son de verdad comestibles? —Tras lanzar su último golpe, Amelia se apresuró a entrar en el dormitorio.

—¡Piérdete! —Tatiana negó con la cabeza, pero sus labios se curvaron en una sonrisa.

Capítulo 11 La realidad es diferente a la ficción 1

Capítulo 11 La realidad es diferente a la ficción 2

Capítulo 11 La realidad es diferente a la ficción 3

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