Amor después del matrimonio romance Capítulo 742

"Sí", respondió Yvonne.

En ese momento, Shane entró para llevarles noticias sobre Mandy.

Mandy fue azotada tantas veces por Yvonne que definitivamente tendría cicatrices en su cuerpo. Su rostro sufrió las heridas más graves.

Mandy había quedado desfigurada.

Mandy no tenía ninguna posibilidad de recuperarse a menos que gastara una gran fortuna en cirugía plástica.

Cuando Mandy se despertó y se enteró de su terrible condición, se volvió loca y gritó por haber matado a Yvonne.

Cuando Yvonne escuchó a Shane contarle lo sucedido, su expresión era indiferente y no estaba enojada por eso en absoluto.

Porque no tenía sentido estar enojada por alguien a quien había derrotado.

"Cariño, ya que la Señorita Lovett se ha vuelto loca, enviémosla a un hospital psiquiátrico", dijo Yvonne con voz fría mientras bebía agua.

Aunque lo dijo en voz baja, Shane se estremeció cuando lo escuchó.

Un hospital psiquiátrico no era un buen lugar.

La enfermedad mental no se puede tratar totalmente en un hospital psiquiátrico; eso solo empeoraría la condición.

En cuanto a las personas normales, no pasaría mucho tiempo antes de que se enfermaran mentalmente, aunque no lo tuvieran.

Yvonne quería arruinar a Mandy por completo.

Sin embargo, Shane también podía entender a Yvonne porque, después de todo, Mandy pude hacer que su hijo viviera menos de veinte años. ¡Ella obviamente odiaba a Mandy!

Henry también la odiaba.

Henry no estuvo allí durante el nacimiento de Theo y los primeros años de su crecimiento. Cuando finalmente tuvo su segundo hijo que había estado esperando, pensó para sí mismo que debía estar allí para el niño.

Inesperadamente, esto fue lo que terminó sucediendo, por lo que apoyó la decisión de Yvonne de todo corazón.

Así, Mandy fue enviada a un hospital psiquiátrico.

Después de que el Señor Lovett, que estaba en el extranjero, lo supo, no dijo nada. En cambio, fue muy afortunado de haber tomado la decisión de abandonar a su hija. De lo contrario, la familia Lovett sufriría junto con ella.

"Querido, necesitas salvar a Mandy rápidamente. Ella es...".

"¿Salvar?". El Señor Lovett interrumpió la llamada de ayuda de la Señora Lovett y resopló con disgusto: "Desde hace mucho tiempo ella ya no es mi hija".

La señora Lovett abrió los ojos con incredulidad. "Querido, ¿de verdad ya no quieres a Mandy?".

"No solo a ella, tampoco no te quiero a ti. Si no le hubieras inculcado esos pensamientos equivocados, no habría terminado así. Así que tú eres la verdadera culpable. ¡Quiero divorciarme de ti!".

Después de que el Señor Lovett dijo eso, se dio la vuelta y se alejó.

La Señora Lovett estuvo desorientada durante mucho tiempo. Cuando finalmente reaccionó, lloró mientras corría detrás del Señor Lovett, pidiéndole que se quedara y le decía que no se divorciara de ella.

Sin embargo, al final, se divorciaron y el Señor Lovett se llevó a su hijo que tenía con su ex esposa como heredero.

Después de que Mandy se enteró en el hospital psiquiátrico, se volvió loca.

Yvonne estaba fuera de la sala de Mandy y miró con frialdad mientras Mandy lloraba y reía por dentro. El odio en su corazón finalmente se disipó.

"Vamos, no hay nada más que ver. Ya no necesitaremos venir", Yvonne se dio la vuelta y le dijo al hombre que estaba a su lado.

El hombre la agarró de la mano. "En ese caso, ella permanecerá en el hospital por el resto del tiempo y no irá a ningún lado".

"¡Lo sé, mayordomo!". Yvonne puso los ojos en blanco porque no sabía si reír o llorar.

Para cuidar de Yvonne en el hospital, Henry se tomó una licencia de dos meses y entregó la empresa a Elliot mientras él se quedaba con ella en el hospital.

Aunque Elliot se quejó mucho, aún así trabajó duro para administrar la empresa para que Henry e Yvonne pudieran criar a su bebé con tranquilidad.

Sin Mandy y la familia Mae, la vida de Yvonne finalmente volvió a la paz y la tranquilidad, como cuando estaba recién casada.

El tiempo pasó rápido y siete meses pasaron en un abrir y cerrar de ojos.

El niño en el vientre de Yvonne tenía casi nueve meses.

Dado que el médico dijo hace siete meses que el niño podría nacer prematuramente, y la fecha prevista de parto probablemente era alrededor de esta fecha.

Henry sabía que Yvonne podría estar dando a luz pronto, por lo que se puso extremadamente ansioso, mucho más ansioso que Yvonne, la propia mujer embarazada. Especialmente cuando Yvonne se sentía incómoda, su reacción era particularmente grande.

Eso realmente hizo reír a Yvonne.

Mientras Yvonne se reía, su estómago comenzó a doler y la sonrisa en su rostro se congeló. Un sudor frío brotó de su frente.

Extendió la mano y miró a Henry que le estaba sirviendo un poco de agua, con la voz temblorosa: "Cariño... yo... creo que daré a luz pronto!".

Cuando Henry escuchó esto, el vaso en la mano de Henry resbaló y cayó al suelo, rompiéndose en pedazos. El agua del vaso empapó la esquina de sus pantalones.

Pero no le importó cuando dijo apresuradamente: "¿Dar... dar a luz? Entonces, ¿qué debo hacer?".

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