Norberto agarró su brazo, guiándolo hacia la salida de emergencia.
"Stuardo, tú todavía te preocupas por Ángela, ¿por qué haces cosas que no entendemos? Por más linda que sea Soley, ¿estás seguro de que puede superar a Ángela?" Norberto intentó hacer que Stuardo entrara en razón.
"¡Nadie es más importante que Soley!" Stuardo respondió seriamente.
"¿Ángela se divorció por esa decisión?" Norberto lo cuestionó.
"Sí."
"Entonces, ¿qué mal hizo Ángela? ¿Qué razón tienes para estar triste? ¡Fuiste quién le falló!" Norberto rara vez hablaba tan directamente con él, "como amigo, no discuto contigo por tus problemas emocionales, solo no quiero..."
"¡Tú también puedes alejarte de mí como Ángela!" Stuardo lo interrumpió, "¡Mis asuntos personales no necesitan la intervención de otros!"
Norberto tomó un respiro profundo. Si Stuardo elegía ser terco, ¡tarde o temprano se arrepentiría!
Ángela ahora estaba soltera, pero eso no significaba que estaría soltera para siempre.
Esperaba que él no sintiera remordimientos cuando Ángela se casara con otro hombre.
Cuando Ángela llegó a casa, ya eran las diez de la noche.
Abrió la puerta de la habitación de los niños y Rita la vio de inmediato.
"Cariño, ¿por qué aún no estás durmiendo?" Ángela se acercó a la cama y acarició suavemente la cabeza de su hija.
"¡Mamá! Hoy jugué con mi hermano y un drone afuera, ¡fue muy divertido!" Rita dijo emocionada, "tío Mike nos lo envió."
"Bueno, ya lo sabía. Ya es tarde cariño, es hora de dormir."
Rita, con voz de niña mimada, dijo: "Mamá, te estaba esperando para que me durmieras."
Ángela le dio un beso en la mejilla a su hija: "¡Cariño, buenas noches!"
"¡Mamá, has bebido!" Rita se tocó la mejilla.
Ángela se dio una palmada en la cabeza con algo de frustración: "Lo siento cariño, se me olvidó. Voy a buscar una toalla para limpiarte."
Rita sonrió inocentemente: "¡No es necesario, mamá! Hueles bien aunque hayas bebido."
¡Ángela pensó que su hija era adorable!
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