Ian: "Rita es como nuestra mamá, ¿sabes?"
Ángela: "Ian, él es tu padre, sí, pero a él no le gustan los niños. Así que, mejor no vayan a buscarlo. Si se entera de que son sus hijos, no sé qué podría hacerles."
Ian: "No queremos un padre así."
Ángela: "Ian, desde que volviste a casa, te veo muy cambiado, has mejorado mucho."
Ian: "Mamá, estoy bien. Solo creo que esas personas son inmaduras, aburridas."
Ángela asiente: "Lo sé. Ahora te gustan las personas inteligentes, como tío Mike, pero cuando madures, te darás cuenta de que las personas no tan inteligentes también tienen sus encantos. Tenemos que aprender a descubrir las virtudes en los demás. Como la bondad, la pureza, esas también son cualidades valiosas."
Aunque Ian no está de acuerdo con su mamá en este momento, no la contradice.
Quizás cuando crezca un poco más, entenderá lo que su mamá quiso decir.
A las siete de la noche, Yolanda llega a casa y abre el paquete que recibió en la tarde.
Se siente decepcionada con el regalo de cumpleaños que Stuardo le envió.
Sobre todo, porque el regalo probablemente no fue seleccionado personalmente por Stuardo.
Fue entregado por un empleado de la tienda, probablemente seleccionado por su asistente.
Y eso fue exátamente lo que pasó, Stuardo dejó que Zoe eligiera el regalo.
Zoe escogió un bolso de Chanel para ella.
Yolanda vio el bolso, y en su mente aparece la cara de Ángela.
Stuardo la engañó por Ángela.
Dijo que Soley no se sentía bien, que se quedaba en casa para cuidar a Soley, pero en realidad estaba con Ángela.
Canceló su cita con ella por Ángela.
Si hubiera sido una cita normal, probablemente no le hubiera importado tanto, ¡pero hoy es su cumpleaños!
Se siente muy desilusionada.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amor, Guerra&Mi Marido Vegetativo