Después de media hora, el vicepresidente llegó apurado a la oficina de Norberto Salazar.
"¡Zoe, llevo buscándote por todo el edificio, sabía que estarías aquí!" Dijo el subdirector mientras se sentaba junto a Zoe.
Zoe vio que el vicepresidente estaba sudando y preguntó desconcertada: "¿Qué ha pasado? Parece que la empresa estuviera en una crisis económica."
El vicepresidente cogió una taza vacía y se sirvió un café. "¿Sabían que Ángela Romero estaba aquí? ¿Por qué no me avisaron?" Tomó el café de un trago. "Acabo de ir a la oficina del jefe, ¡no puedo evitar sentirme avergonzado al pensar en lo que sucedió cuando entré! Creo que me despedirá el jefe."
Norberto y Zoe miraron sorprendidos al vicepresidente "¿Estarán los dos... en la oficina?" Norberto se atrevió a insinuar.
El vicepresidente asintió repetidamente. "Lo peor es que no fui el único que los vio. Llevaba a un equipo conmigo. Todos lo vieron. De verdad, creo que me van a despedir."El vicepresidente se llevó una mano a la cara mostrando un gran pesar.
Es bien sabido que Stuardo Ferro, el presidente de Grupo SF, no muestra mucho interés por las mujeres. Nunca ha traído a ninguna a la empresa, y mucho menos ha hecho nada en la oficina. ¡Pero hoy, hubo una excepción!
El vicepresidente jamás imaginó que presenciaría tal escena. Stuardo se preocupa por su privacidad, seguro estará pensando en tomar medidas tras lo ocurrido.
Norberto y Zoe miraron al vicepresidente con compasión. Querían decir algo, pero ambos comenzaron a reír.
"¡Dejen de reírse! ¡No estoy de humor! ¡Solo me hacen sentir peor!" Dijo el vicepresidente mientras revisaba su teléfono en busca de alguna llamada o mensaje nuevo. Estaba seguro de que Stuardo no lo dejaría pasar tan fácilmente.
"No tienes por qué ser tan pesimista, no creo que vaya a despedirte." Norberto tomó un trago de agua tratando de calmarse. "Si yo fuera tú, en media hora iría a tocar a su puerta y le felicitaría."
Zoe añadió: "El jefe está de buen humor hoy. Podría perdonarte cualquier error hoy."
"¿Hablan en serio?" Preguntó el subdirector. "¡Pero cuando me vio entrar, su rostro era muy serio! ¡Parecía enfadado!"
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amor, Guerra&Mi Marido Vegetativo