Amor obstinado romance Capítulo 4

Ella asintió, pero no le dio mucha importancia.

—No te preocupes por él. Solo me siguió, no parece tener malas intenciones.

Aquella noche, luego de un día tan ajetreado, Elisa durmió muy bien.

Antes, siempre le preocupaba perder a Gabriel, pero, como ya lo había perdido, de alguna manera aceptó la realidad y se tranquilizó. Al principio, pensó que le costaría dormir sola, pero, al final, tuvo un sueño reparador; parecía que realmente había podido dejarlo ir.

Se despertó temprano en la mañana cuando su despertador comenzó a sonar. Ella se levantó de buen humor y se higienizó. En cuanto vio el desayuno que le habían dejado en la mesa, sonrió encantada. Le encantaban los desayunos al estilo francés, con cruasán y chocolate caliente. Sin embargo, a Gabriel no le gustaban y estaba acostumbrado a desayunar carne. Por lo tanto, durante todos esos años, había tenido que acostumbrarse a comer lo que a él le gustaba. En ese momento, al fin, podía ocuparse de sí misma y comer la comida que le gustaba, lo que hacía que se sintiera relajada.

Esa mañana, Carla la llamó para decirle que el encargado del Departamento Jurídico de Grupo Domínguez quería conocerla. Por lo que Carla ayudó a Elisa a elegir un lugar para el encuentro.

Una vez que la mujer terminó de desayunar, salió.

Al mismo tiempo, un hombre vestido de negro, que se encontraba en un auto fuera de la casa, llamó en secreto a alguien por teléfono.

—Jefe, salió de la casa.

—Síguela.

El rostro de Gabriel se ensombreció. No sabía que ella tenía su propia casa e incluso fue ella quien le había insistido para que se divorciaran. «Esta mujer... De repente se comporta como una persona diferente».

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