Amor profundo escondido de él romance Capítulo 63

Era un hombre mayor de unos sesenta años, tan delgado que parecía que se lo llevaría el viento. Llevaba un par de anteojos redondos y sus ojos eran claros. Una mirada de él era suficiente para intimidar a cualquiera.

"Doctor Harrison, ¿por qué está aquí?"

El joven médico que atendía la mano de Everleigh estaba sorprendido.

El Dr. Harrison expiró fuertemente y entró con las manos entrelazadas a la espalda. Su mirada estaba fija en Everleigh y vociferó: "Tendrás que preguntarle a tu subalterna aquí. Sus habilidades médicas siguen siendo las mismas, ¡pero se ha vuelto experta en evitarme!".

"¿Subalterna?" El Dr. Carter se sorprendió y se volvió hacia Everleigh.

Everleigh le sonrió torpemente y respondió: "Qué coincidencia. ¿También fue alumno del Dr. Harrison?".

Maxwell Harrison no solo era el director de cirugía en el hospital de Everleigh, sino que también era un famoso profesor de cardiología y académico en la Universidad Médica de Ocpeace. Contribuyó con innumerables artículos académicos y tuvo muchos estudiantes por todo el mundo. No era muy sorprendente el encontrar a algunos de sus alumnos en hospitales conocidos.

Cuando Everleigh estudiaba en la Universidad de Medicina de Ocpeace, Maxwell era su supervisor y también fue su mentor mientras hacía sus pasantías. De no haberse ido al extranjero, Maxwell se hubiese convertido eventualmente en su profesor de maestría.

Después de presentarse, el Dr. Carter sintió sorpresa y hasta envidia. Le devolvió la licencia médica a Everleigh y maravillado dijo: "Es usted tan talentosa, tan joven, y ya es cirujana jefe".

Antes de que Everleigh pudiera tener su licencia médica de vuelta, el Dr. Harrison la arrebató, diciendo en tono burlón: "De haber sabido que su temperamento no había cambiado, la habría echado tan pronto como vi su nombre en la lista del hospital. Las cosas estaban mucho mejor en el extranjero, ¿verdad? ¿Por qué molestarse en volver? Debería simplemente quedarse en Maniville. ¡Voy a llamar al hospital y pedirles que la envíen de vuelta a Maniville!"

Mientras hablaba, el Dr. Harrison se dio la vuelta para irse, sin permitir que Everleigh se explicara.

"Dr. Harrison", Everleigh lo llamó, pero él se negó a darse la vuelta. Ella agarró su bolso rápidamente y lo persiguió. "Dr. Carter, lo siento, pero tengo algo que hacer. Nos pondremos al día la próxima vez".

Everleigh corrió hacia la entrada del hospital, pero la espalda del Dr. Harrison se veía tan imponente como siempre.

"Dr. Harrison, Dr. Harrison". Everleigh corrió hacia el Dr. Harrison y bloqueó su camino, explicando: "Lo siento, y es mi culpa".

"¿Su culpa? ¿Quién se atrevería a comentar sobre su comportamiento?" El Dr. Harrison la fulminó con la mirada y espetó: "Estaba herida, pero ni siquiera se atrevió a ir a su propio hospital. ¿Por qué ha venido hasta acá? ¿Ha venido a burlarse de mí o de usted misma?".

"¡Por supuesto que no! Estoy haciendo esto por su bien también".

"¿Por mi bien?"

Everleigh hizo de tripas corazón y explicó: "No puedo volver al trabajo debido a algunos problemas personales, ¿cierto? Sería raro si vuelvo al hospital ahora mismo. Si todos se enteran que fui su estudiante, usted también sería humillado".

"Solo los idiotas creen en los rumores. Dicho esto, Benedict se está volviendo senil".

Benedict Lawson era el decano del hospital de Everleigh. Aunque no era muy famoso, seguía siendo decano. El Dr. Harrison era probablemente el único lo suficientemente atrevido como para hacer un comentario sobre Benedict de esa manera.

Después de tantos años, el Dr. Harrison no había logrado obtener un ascenso, en gran parte por su extrema franqueza.

Después de mencionar el tema, el rostro del Dr. Harrison se relajó un poco y concluyó de manera rotunda: "No tiene que volver al set. Tan sólo vaya a casa y yo me encargaré del resto. No vaya a involucrarse con esos disparates en el trabajo, ¿me ha entendido?

A pesar de haber sido regañada, Everleigh no estaba enojada. Por el contrario, sonrió con picardía y respondió: "Sí, lo he entendido".

El Dr. Harrison mantuvo una cara seria y vociferó: "Deje de sonreír así. Todavía no he terminado. Su mano es importante y la necesita para realizar cirugías. ¿Tiene idea de cuán importante es?".

"Lo sé".

"Entonces, ¿por qué no se ocupó de ella?"

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