Wen Qingmu dejó salir un pequeño suspiro. Había tiempo de sobra para hacérselo saber, ¿por qué hacerlo justo ahora?
Su Luoli colgó el teléfono.
—Debo irme de inmediato. Hablemos de esto en otro momento, pero antes de que lleguemos a un mutuo acuerdo, espero que no envíes mi foto, porque de otra manera, te demandaré. ¡Y no me importa que tengamos que morir juntos!
Su Luoli terminó de hablar y se dio la vuelta, dirigiéndose a la salida, pero no iba ni a la mitad del camino cuando regresó. Tomó el bolígrafo de la mesa y anotó su número de teléfono.
—Este es mi número, ahora dame el tuyo. Nos pondremos en contacto de nuevo.
Wen Qingmu miró la cadena de números y los marcó directo desde su teléfono, comprobando la autenticidad de este.
Su Luoli asintió con la cabeza cuando vio que su pantalla se iluminaba con una llamada entrante; después se fue con prisa y no volvió esta vez.
Wen Qingmu suspiró: «¿Por qué tienes tanta prisa, si de todas formas dormirás conmigo esta noche?»
Distrito de los chalés de Villa Arcoíris.
Este distrito era muy popular en la ciudad Z. Cuando lo establecieron, las agencias de bienes raíces anunciaron que estaban construyendo una especie de jardín en la ciudad, y eso atrajo mucha atención.
Villa Arcoíris estaba ubicada muy cerca del transporte público y a las afueras de la ciudad; también había una autopista que te llevaba a la ciudad y otra que daba directo al centro de esta. Todas las casas de verano fueron construidas al estilo occidental, y tenían un paisaje único, uno que no se podía encontrar en la ciudad.
Sin embargo, después de que fueron construidas y vendidas, quienes se mudaron alegaron que luego de un tiempo viviendo ahí, se dieron cuenta de que la zona estaba embrujada. Varias familias compartieron información sobre problemas similares, y algunos ancianos contaban que en sus inicios, el área alguna vez fue un cementerio. Las noticias acerca de la zona embrujada se corrieron rápido, y poco a poco, la gente comenzó a irse, y los que querían comprar una vivienda cambiaron de opinión.
Así fue como el grupo de casas de verano poco a poco fue abandonado y se convirtió en una ciudad fantasma. Desde que Su Luoli supo que iba a vivir ahí estuvo muy descontenta; por un lado, no tenía suficiente dinero para alquilar una casa propia, y por otro, tuvo que decirle a su hermano menor que estaba casada y que tenía que irse. Por lo tanto se preparó y se mudó.
Sin embargo, en el año que pasó viviendo ahí nunca experimentó nada extraño, así que con el tiempo se fue olvidando del tema.
Al entrar, Su Luoli vio a Zhao Nini, la cuidadora que su marido había dejado para ella. Estaba sentada con las piernas cruzadas en el sofá comiendo pipas de girasol, y el volumen de la televisión estaba muy alto.
En esta casa, Zhao Nini actuaba como si ella fuera la propietaria.
Su Luoli se sentó a su lado.
—En el teléfono dijiste que…
—Sí, sí, te hizo feliz, ¿no? Vivir en esta casa sola durante un año ha sido mucho tiempo. —Había algo de desprecio en la mirada de Zhao Nini y mientras hablaba, escupió una cáscara de pipa.
—¿Por qué regresa de repente?
Al principio, Su Luoli se había sorprendido por la arrogancia de la mucama debido a que era muy codiciosa y perezosa; no parecía el empleado, ¡sino el amo! Pero también sabía que ella venía de un pueblo. Según Zhao Nini, ella solía trabajar para el propio dueño y vivía bien allí, el venir aquí había sido como una tortura para ella.
Su Luoli no tenía tiempo de hablar mucho con Zhao Nini. Además, ella casi nunca estaba, así que ambas siempre estaban en lo suyo.
—¿Cómo se supone que voy a saberlo? Esta es la casa del Sr. Wen, él puede ir y venir cuando quiera. ¡¿Creíste que era tuya?!— Zhao Nini escupió otra cáscara de pipa con mucha más fuerza mientras miraba a Su Luoli.
—Hay que dejarlo claro. Me esforcé mucho para atenderte, y más vale que sepas lo que es bueno para ti. —La voz de Zhao Nini era alta y estridente. Cuando hablaba, le ponía la piel de gallina a cualquiera que la escuchara.
—¿Mucho esfuerzo? —Su Luoli puso los ojos en blanco y se burló—. Entonces déjame preguntarte, ¿alguna vez me hiciste la cena?
Y sin pena, Zhao Nini le contestó:
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