Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1018

Jiang Sese acompañó a los dos niños a jugar mientras Jin Fengchen y los demás hablaban de asuntos de trabajo en la sala de reunión.

“Xiaobao, Tiantian, los dos deben guardar silencio, ¿entendido?”, ordenó Jiang Sese.

Los dos niños pequeños protestaron, pero al final asintieron con sensatez. “Está bien”.

Jiang Sese levantó la cabeza para mirar a Jin Fengchen. Él estaba sentado en el sofá con una expresión seria, escuchando el informe de Fang Yuchen.

Incluso solo mirando su perfil lateral, era tan guapo que Jiang Sese no podía apartar la mirada.

Por el rabillo del ojo, sin darse cuenta, ella vio a Shangguan Yuan. Enfocó su atención en ella y frunció el ceño.

Fang Yuchen estaba hablando, pero la persona a la que miraba Shangguan Yuan era Fengchen.

La forma en que Shangguan Yuan lo miraba era muy familiar.

Era como... como ella misma miraba a Fengchen.

Una mirada llena de amor.

“Sese, hay alguien que me gusta”.

“Hay alguien que me gusta, pero está casado”.

...

Lo que Shangguan Yuan les había dicho anteriormente a ella y a su Tía Menor resonó en su cabeza.

La expresión de Jiang Sese cambió cuando un pensamiento insondable apareció en su mente.

¿La persona que le gustaba a Shangguan Yuan era Fengchen?

Jiang Sese estaba un poco inquieta y ensimismada pensando en esto que no se dio cuenta de que los dos niños estaban peleando.

“¡Bua!”.

El repentino gritó sacó a Jiang Sese de sus pensamientos justo para encontrar a Tiantian sentada en el suelo llorando.

Jiang Sese la recogió rápidamente. “¿Qué pasa?”.

Tiantian lloró lastimosamente y se quejó: “Hermano... Hermano se llevó mi juguete”.

“No lo hice”. Xiaobao estaba tan agraviado que sus ojos también estaban rojos.

“¿Cuál es el problema?”. Jin Fengchen y Fang Yuchen también se acercaron.

Jiang Sese limpió las lágrimas de la cara de Tiantian y dijo: “No es nada, solo se están peleando por unos juguetes”.

“Buena chica, Tiantian. Déjame darte un abrazo”. Fang Yuchen levantó a Tiantian.

Jiang Sese miró a Shangguan Yuan y un extraño sentimiento pasó por su corazón.

Ella miró a Jin Fengchen. “Perdona, te hemos molestado”.

Una leve sonrisa apareció en la comisura de la boca de Jin Fengchen: “No pasa nada”.

Él se giró hacia Xiaobao.

Xiaobao sostenía un coche de juguete en la mano, con los labios fuertemente apretados. Tenía los ojos enrojecidos y parecía afligido.

Jin Fengchen se arrodilló, tocó la cabeza de Xiaobao y le preguntó suavemente: “¿Puedes contarle a Papi qué pasó?”.

“Estaba jugando con mi coche de juguete y Tiantian también quería jugar. Le dije que se lo daría más tarde, pero se negó y me pegó. La empujé sin querer y se cayó”.

La voz de Xiaobao se apagó al final, pues sabía que había hecho algo malo.

Jin Fengchen le frotó la cabeza y se giró para mirar a Tiantian, que estaba en brazos de Fang Yuchen, y preguntó: “Tiantian, ¿es cierto lo que dijo tu hermano?”.

Tiantian frunció los labios sin decir nada.

A menudo hacía esto, no admitiendo cuando ella había hecho algo malo.

Jiang Sese levantó la cabeza y dijo: “Tiantian, ¿no te dijo Mami que no cogieras los juguetes de los demás? ¿Lo hiciste?”.

Su voz era un poco severa y Tiantian empezó a llorar.

Al ver esto, Shangguan Yuan se apresuró a decir: “No llores, Tiantian. Tu mami no te está regañando. No tengas miedo”.

¿Regañando?

Jiang Sese frunció un poco el ceño y estaba a punto de explicarse cuando vio que Shangguan Yuan cogía a Tiantian en brazos y le decía sonriendo: “Los adultos no podemos meternos en los asuntos de los niños. Me llevaré a Tiantian para que se calme. Después, los dos niños pequeños lo arreglarán solos más tarde”.

Tras terminar de hablar, ella salió con Tiantian sin esperar el permiso de Jin Fengchen ni de Jiang Sese.

Jiang Sese no pudo detenerla.

Fang Yuchen también se sorprendió por las acciones de Shangguan Yuan, y tardó en recuperarse. Se giró hacia Jiang Sese y preguntó con incertidumbre: “¿Conoce a Tiantian?”.

“Tiantian, ¿no dijo Mami que no debías comer helado?”,

Tiantian no se sentía muy bien últimamente. Al ver que estaba comiendo helado, Jiang Sese se puso nerviosa y levantó la voz.

Tiantian se sorprendió al principio y luego gritó con fuerza.

Shangguan Yuan criticó: “Acabo de calmarla, ahora la regañas y la haces llorar de nuevo. Esta no es la forma de cuidar a un niño”.

Jiang Sese se exasperó y miró a Shangguan Yuan con incredulidad. “Yuanyuan, esta es mi hija. Es asunto mío cómo decido educarla. No te corresponde criticarme”.

Shangguan Yuan se dio cuenta de que se había extralimitado y se apresuró a explicar: “No me refería a eso. Quise decir que a una niña pequeña hay que educarla con paciencia y no levantando la voz sin motivo”.

Jiang Sese respiró profundamente. “En primer lugar, no he levantado la voz sin motivo. En segundo lugar, Tiantian acaba de pasar por una fiebre, y no se ha recuperado del todo. No debería comer helado”.

“Lo siento, es culpa mía. Lo compré sin conocer la situación”.

Al ver que Shangguan Yuan se disculpaba, Jiang Sese sintió de repente que se había pasado un poco. “Yo también lo siento. No debería haberme enfadado contigo”.

“Está bien”.

Shangguan Yuan se dirigió a Tiantian. “Tiantian, tu mami ha dicho que no debes comer helado por tu salud. Dejemos de comer, ¿de acuerdo?”.

Se movió para coger el helado de la mano de Tiantian.

Sin embargo, Tiantian la esquivó y gritó: “Mamá es parcial. Solo te gusta el Hermano, pero no a mí”.

Jiang Sese se puso muy triste al oír esto. Miró a Tiantian y le dijo suavemente: “Cariño, ¿realmente crees que Mami no te quiere?”.

Tiantian se mordió el labio y no dijo nada.

Jiang Sese forzó una sonrisa y dijo: “Mami se pondrá muy triste si dices eso”.

Shangguan Yuan miró a Tiantian, luego a Jiang Sese, y dijo: “Sese, déjame convencerla. Puedes volver”.

Jiang Sese miró a Shangguan Yuan y luego a Tiantian, que la ignoraba y se negaba a mirarla. Solo pudo asentir con impotencia. “De acuerdo, entonces te la dejo a ti”.

Se dio la vuelta para irse y de repente se sintió mareada.

“¡Sese!”.

“¡Mami!”.

La voz de Shangguan Yuan y Tiantian fue lo último que escuchó antes de sumergirse en la oscuridad.