Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1050

Cuando Shang Ying volvió a casa esa noche, informó a Fang Teng y a Fang Yuchen de que el Viejo Fang mostraba signos de que iba a despertarse pronto.

“Mamá, ¿es verdad?”, preguntó Fang Yuchen con dudas.

“Por supuesto. Puedes preguntarle a Sese”.

Fang Yuchen se giró para mirar a Jiang Sese.

Sese frunció los labios y sonrió. Dijo con un tono muy serio: “Primo, es verdad. Los dedos del Abuelo se movieron. El médico dijo que se despertará muy pronto”.

Cuando Fang Teng escuchó eso, dijo: “¡Eso es genial!”, repetidamente. Sus ojos se volvieron rojos.

A Fang Yuchen también se le aguaron los ojos. Respiró profundamente y contuvo las lágrimas. Forzó una sonrisa y dijo felizmente: “Eso es maravilloso. Abuelo se va a despertar pronto”.

“Yuchen, será mejor que resuelvas los problemas para mañana. Solo así no defraudarás las expectativas de tu Abuelo”, dijo solemnemente Fang Teng.

“Papá, lo sé”.

Fang Yuchen creía que podría concluir bien los asuntos para mañana.

Jiang Sese apretó el puño y animó a su primo: “Buena suerte, Primo”.

Fang Yuchen le devolvió la sonrisa. “Haré lo que pueda”.

Al día siguiente, la reunión de la junta directiva se desarrolló según lo previsto.

Había puro silencio en la enorme sala de reuniones. Los directores se miraban unos a otros como si esperaran que alguien avivara la conversación.

“¡Ejem!”. El Amo Yang tosió ligeramente como una indirecta. Su voz fuerte y firme sonó en la sala de reuniones. “Hoy estamos todos aquí para sacar una buena conclusión. No se pongan tan agresivos después. Traten a Yuchen amablemente como un respeto hacia mí”.

Desde el principio hasta el final, el Amo Yang se puso del lado de Fang Yuchen incondicionalmente.

Fang Yuchen le devolvió una sonrisa al Amo Yang, ya que sus acciones conmovieron profundamente a Fang Yuchen. “Abuelo Yang, gracias”.

“No me agradezcas tan rápido. Si no nos proporcionas una buena conclusión hoy, seré el primero en regañarte”, dijo el Amo Yang con un rostro severo.

Fang Yuchen asintió en respuesta. “Entendido”.

Después de eso, Fang Yuchen se levantó. Miró a su alrededor y observó a todos en sus asientos. Su voz era firme mientras decía: “Todos los presentes saben lo del incendio del almacén. Sin embargo, lo que todo el mundo no sabía era esto: la noche en que se produjo el incendio, alguien contrabandeó un lote de plantas medicinales del almacén”.

Cuando Fang Yuchen reveló eso, todos se quedaron boquiabiertos.

El Amo Yang observó las reacciones de los demás antes de ser el primero en preguntar. “Yuchen. ¿Qué quisiste decir cuando dijiste que alguien contrabandeó las plantas?”.

“Abuelo Yang, no te apresures a sacar conclusiones. Te lo explicaré despacio”.

“Bien. Adelante”.

Fang Yuchen continuó: “Esto solo se descubrió más tarde, cuando envié un equipo a investigar después del incidente. Cuando el almacén se incendió, quemó la mayoría de las hierbas medicinales. Sin embargo, solo se encontró menos de la mitad del rastro de algunas”.

“En el lugar del incidente, descubrimos que la flor de Pascua y el acónito chino de las regiones occidentales se quemaron por completo. Y esos los almacenamos en la parte más interna del almacén”.

“Todo el mundo debería haber sido avisado de que el fuego empezó en la parte exterior del almacén antes de que llegara a la parte interior. Sin embargo, las reservas que rodeaban el acónito chino de las regiones occidentales no se quemaron por completo”.

Alguien se dio cuenta de que algo no encajaba y preguntó a Fang Yuchen: “¿Intentas decir que alguien movió las reservas de flor de Pascua y de acónito chino de las Regiones Occidentales antes del incendio? ¿Era eso lo que querías decir?”.

“Correcto”. Fang Yuchen asintió. “Hice que el equipo investigara las cenizas del incendio. No se encontraron componentes de flor de Pascua o acónito en las cenizas”, explicó Fang Yuchen.

“¿Qué... qué está pasando?”. El Amo Yang no esperaba que ocurriera algo así.

Los demás también quedaron muy sorprendidos. No podían creer que los resultados de la investigación llevaran a tal conclusión.

Fang Yuchen continuó con calma y reveló: “Hace algún tiempo, mi primo mayor, el Vicepresidente Fang Yiming, firmó personalmente un acuerdo con un grupo extranjero, el Grupo SA. El punto principal del acuerdo era por la flor de Pascua y acónito chino de las regiones occidentales”.

Su contundente revelación sorprendió a todos los presentes en la sala de reuniones.

Al principio, la mayoría pensó que se trataba de un complot externo, pero resultó ser un complot interno.

“Yuchen, no te limites a acusar a los demás. ¿Tienes alguna prueba?”.

Preguntó un director que estaba del lado de Fang Yiming. Cuando expresó eso, su expresión era desagradable. Le preocupaba haber tomado el lado equivocado.

Fang Yuchen miró al director y luego sacó lentamente un documento de la mesa. Dijo: “Este es el formulario de registro de entrada. El nombre del inscrito es Yuan Qingsong. Casualmente, es el tío materno de Fang Yiming”.

Entonces, Fang Yuchen sacó un bolígrafo grabador y reprodujo la grabación.

Fang Cheng sacudió la cabeza y suspiró. Luego, le siguió rápidamente por detrás.

Cuando Fang Yiming salió del despacho, vio a Song Yao mirándole con cara estoica.

Fang Yiming sonrió. “Asistente Song, gracias por venir”.

“Vicepresidente, después de usted”. Song Yao hizo un gesto para que Fang Yiming se moviera.

La sonrisa de Fang Yiming desapareció y su rostro se volvió sombrío. Se dirigió al ascensor con grandes pasos.

Fang Yiming se detuvo frente a la puerta de la sala de reuniones.

Al verlo, Song Yao levantó ligeramente las cejas. “Vicepresidente, ¿qué ocurre?”.

“Nada”. Fang Yiming extendió la mano y empujó la puerta para abrirla.

En ese instante, las miradas de todos se centraron en él.

Se paseó con cada uno de sus pasos mientras caminaba hacia Fang Yuchen.

“Primo Mayor”, saludó Fang Yuchen, lleno de sonrisas.

Fang Yiming se detuvo frente a él.

Los dos se miraron fijamente.

“He traído a mi papá para que admita su error”, dijo Fang Yiming.

Al oír eso, la sonrisa de Fang Yuchen desapareció de su rostro. Frunció el ceño. Justo en ese momento, Fang Cheng entró corriendo en la sala de reuniones antes de que pudiera decir algo.

Fang Cheng dio unos grandes pasos y se arrodilló frente a él. Se abofeteó la cara mientras decía: “Yuchen, todo es culpa mía. Me pasé de la raya y puse a nuestra empresa en problemas. Si quieres culpar a alguien, cúlpame a mí”.

La repentina interrupción dejó estupefacto a Fang Yuchen.

Al final, el Amo Yang seguía siendo el más experimentado. Dijo con calma: “Ah Cheng, ¿qué estás haciendo?”.