Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1091

Fang Yuchen llegó a Italia y le preguntó a He Shuhan en el momento en que lo vio: “¿Alguna noticia de tu Joven Amo?”.

“Todavía no”. He Shuhan sacudió la cabeza solemnemente.

Fang Yuchen frunció el ceño. “Sese también ha sido traída a Italia. No sé dónde podría estar cautiva”.

“Después de recibir la llamada del Segundo Joven Amo, envié a algunos hombres al aeropuerto, pero no encontraron ninguna señal de Catalina y los demás”.

He Shuhan reflexionó por un momento: “Quizá llegamos demasiado tarde”.

“¿Adónde pudieron llevarla?”, preguntó Fang Yuchen.

“El principal centro de investigación de Bo Gelian fue destruido y el Profesor Curry no ha sido visto en ningún otro centro de investigación. Hay una alta probabilidad de que la Joven Señora esté a salvo por ahora”.

Él mandó a sus hombres a rodear todas las instalaciones de investigación de Bo Gelian, pero no había rastro del Profesor Curry.

Además, pasaría algún tiempo antes de que pudieran montar una nueva instalación de investigación temporal. Antes de eso, las pruebas no podrían llevarse a cabo por el momento.

Fang Yuchen escuchó su análisis y asintió. “Entonces tenemos que rescatarla antes de que puedan empezar a realizar los experimentos”.

Fang Yuchen miró a su alrededor y preguntó: “¿Dónde está Gu Nian?”.

“Fue a averiguar el paradero del Joven Amo”.

“¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?”, preguntó Fang Yuchen.

He Shuhan sonrió sin poder evitarlo. “De momento, no sabemos dónde están el Joven Amo y la Joven Señora. Solo podremos actuar cuando los encontremos”.

Fang Yuchen asintió. “Muy bien”.

...

Song Yao regresó a la oficina después de que el vuelo de Fang Yuchen despegara.

En cuanto entró en el despacho, vio a Liang Xinwei profundamente dormida en el sofá con Tiantian en brazos, mientras los otros dos chicos estaban sentados a su lado y leían obedientemente algunos libros.

“Tío Song”.

Xiaobao se levantó al verlo.

Song Yao sonrió y le hizo un gesto. “Xiaobao, ven aquí”.

Xiaobao corrió obedientemente hacia él.

Song Yao se arrodilló y le dijo suavemente: “Por favor, despierta a la Tía. Te llevaré a casa”.

“¿Dónde está el Tío Menor?”, preguntó Xiaobao.

Song Yao le tocó la cabeza: “El Presidente Fang se fue a Italia con tu mami. No volverán por un tiempo”.

Xiaobao murmuró un ‘Oh’ y se acercó a despertar a Liang Xinwei.

“Tía Weiwei, Tía Weiwei...”.

Ella escuchó que la llamaban por su nombre, pero seguía aturdida.

Liang Xinwei abrió lentamente los ojos y vio la cara de Xiaobao. Sonrió y dijo: “¿Qué pasa, Xiaobao?”.

“El Tío Song ha vuelto y nos va a llevar a casa”.

Liang Xinwei giró la cabeza y se levantó rápidamente al ver a Song Yao.

Se había olvidado de que seguía sosteniendo a Tiantian, y casi dejó caer a Tiantian cuando se levantó así de repente.

“¡Cuidado!”. Song Yao se precipitó hacia delante y agarró a Tiantian justo a tiempo.

Liang Xinwei estaba tan asustada que su cara se puso pálida: “Lo... lo siento, yo...”.

“Mmm”.

Tiantian se frotó los ojos con sueño.

Song Yao la abrazó. “Vamos, Tiantian. Nos vamos a casa”.

“¿Dónde está Mami?”, preguntó Tiantian mientras lo miraba.

“Tu mami y tu tío se fueron a Italia. Regresarán después de un tiempo”.

Tiantian frunció los labios con insatisfacción al escuchar esto. “¿Por qué no me llevaron cuando se fueron de viaje?”.

Song Yao sonrió. “Fueron por negocios, no por diversión”.

“Oh”. Tiantian hizo un mohín, y su rostro infantil aún mostraba un poco de insatisfacción.

Liang Xinwei se sorprendió cuando escuchó que Fang Yuchen también había ido a Italia y se dio cuenta de que el asunto podría ser más serio de lo que había pensado.

Sin embargo, no se atrevió a preguntar demasiado porque los niños estaban presentes.

Solo cuando los niños estaban en el coche, ella le susurró a Song Yao: “¿Estará bien la Hermana Sese?”.

Song Yao le dedicó una sonrisa tranquilizadora. “No te preocupes, todo irá bien. Sube al coche”.

Liang Xinwei seguía intranquila a pesar de sus palabras.

‘Bip... Bip...’.

Cada timbre golpeaba su corazón. Los latidos de su corazón se aceleraron.

Inconscientemente, ella agarró el teléfono móvil con fuerza.

“Hola, soy Fang Yuchen”.

En el momento en que su voz salió por el altavoz, el corazón de ella dio un vuelco.

Inconscientemente contuvo la respiración. “Hola, soy Liang Xinwei”.

“Oh, eres tú. ¿Qué pasa?”.

El tono de Fang Yuchen era un poco indiferente, y Liang Xinwei se quedó repentinamente sin palabras.

Tras un largo silencio, Fang Yuchen frunció el ceño. “Señorita Liang, ¿sigue ahí?”.

Liang Xinwei recuperó el sentido común. “Sí, estoy aquí”.

“¿Qué ocurre?”.

“Yo...”. Liang Xin se mordió el labio. “Solo quería preguntar por la Hermana Sese”.

“Todavía no la hemos encontrado”.

Su corazón se sentía como si estuviera atascado en su garganta. “¿Estará bien?”.

Al escuchar la ansiedad y la preocupación en su tono, Fang Yuchen se rio suavemente. “Señorita Liang, no se preocupe. Ella estará bien”.

“¿De verdad?”, preguntó Liang Xinwei con incertidumbre.

“De verdad. Volveremos pronto”.

Tras recibir una respuesta afirmativa por su parte, Liang Xinwei respiró aliviada y dijo en voz baja: “Estaré esperando su regreso”.

Estaré esperando su regreso.

Cuando Fang Yuchen escuchó estas palabras, se sintió conmovido. Tenía que admitir que se sentía bien que alguien le esperara.

“De acuerdo”.

Liang Xinwei no se atrevió a quitarle más tiempo. “Eso es todo. Adiós”.

Tras colgar la llamada, Liang Xinwei se tumbó en el sofá y no volvió a recuperar el sentido durante un buen rato.