Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1102

Fu Jingyun actuó según el plan de Gu Nian. Aparcó su coche en la carretera frente a la villa y esperó a que aparecieran.

Él esperaba que Gu Nian pudiera rescatar a Sese sana y salva.

Unos veinte minutos después, vio al hombre de Lisa sacar a una mujer de la villa. Fu Jingyun cogió rápidamente los binoculares para observar. Cuando vio a Jiang Sese, se sintió abrumado por las emociones, y sus ojos lloraron.

Él no estaba seguro de cuánto tiempo había pasado desde que se vieron por última vez. Fu Jingyun contuvo su impulso de salir del coche para recogerla. Poco después, Gu Nian tiró de Jiang Sese y se dirigió hacia el coche de Fu Jingyun.

Cuanto más se acercaban, más rápido latía su corazón.

Gu Nian abrió la puerta del coche al asiento trasero. “Joven Señora, suba rápidamente al coche”.

Jiang Sese subió rápidamente al coche. Cuando levantó la cabeza, sus ojos se encontraron con la intensa mirada de Fu Jingyun.

“¡Hermano Mayor Fu!”. Jiang Sese estaba muy sorprendida. Nunca esperó que Fu Jingyun estuviera allí.

“Sese...”.

Fu Jingyun abrió la boca. Antes de que consiguiera decir algo más, fue interrumpido por Gu Nian, que acababa de entrar en el coche. “¡Hablemos más tarde! ¡Date prisa y acelera!”.

Fu Jingyun por fin reaccionó y le sonrió a Jiang Sese. Puso en marcha el motor y el coche partió a la velocidad del rayo.

Cuando Gu Nian vio la villa desaparecer en la distancia, dejó escapar un largo suspiro de alivio. “Qué nervios”.

Gu Nian se dio la vuelta y miró a Jiang Sese con una sonrisa de satisfacción. “Joven Señora, por fin la hemos salvado”.

“Gracias”, dijo Jiang Sese y miró al espejo retrovisor. Inesperadamente, su mirada se encontró con la de Fu Jingyun. Con eso, sus labios se curvaron lentamente en una sonrisa.

“¿Le han hecho daño?”, preguntó Gu Nian.

“No lo hicieron”. Jiang Sese sacudió la cabeza. “Fueron muy educados conmigo y me trataron como a una invitada”.

“Es bueno oírlo”, respondió Gu Nian y suspiró aliviado.

Gu Nian miró hacia Fu Jingyun, que conducía. Desconcertado, preguntó: “¿Por qué estás tan callado? Por fin la rescatamos y no dices nada”.

Fu Jingyun agarró el volante con fuerza. Tenía muchas cosas que decir, pero no sabía cómo empezar.

“Hermano Mayor Fu”, inició Jiang Sese y finalmente dijo: “Gracias por venir a rescatarme”.

“No hace falta que me des las gracias. Esto es lo que debería hacer”, dijo Fu Jingyun mientras la miraba por el espejo retrovisor.

Si no fuera por él, ella no habría acabado en una situación tan peligrosa. En conclusión, él fue el causante de su percance.

Jiang Sese sonrió. “Hermano Mayor Fu, no se trata de lo que debes hacer o no. Estoy muy agradecida de que hayas venido a rescatarme”.

Fu Jingyun frunció los labios y permaneció callado.

Su desinterés la hizo sentirse aún más avergonzada.

El ambiente en el coche se volvió incómodo. Gu Nian se apresuró a decir algo: “Joven Señora, hemos conseguido rescatarla tan rápidamente gracias a la idea del Señor Fu. Una vez que encontremos al Joven Amo, podemos hacer que el Joven Amo muestre su agradecimiento al Señor Fu”.

Cuando Gu Nian mencionó eso, Jiang Sese finalmente recordó un asunto importante.

“¿Dónde está Fengchen?”, preguntó.

“El Joven Amo, él...”. Gu Nian dudó antes de explicar: “Se fue con Bo Gelian voluntariamente para proteger a Shuhan y Qisha”.

“Eso no es cierto”. Jiang Sese frunció el ceño. “Bo Gelian me dijo que Fengchen ya no estaba en su casa”.

“¿Qué?”. Gu Nian fue tomado por sorpresa. Preguntó: “¿Ya no está?”.

Jiang Sese asintió. “Así es. ¿Puede ser que aún no haya regresado?”.

“No ha regresado”, dijo Gu Nian.

Gu Nian y Fu Jingyun se miraron. En ese instante, ambos tuvieron un mal presagio que surgió en su corazón.

Jiang Sese entró en pánico. “¿Se ha puesto en contacto contigo?”.

“No. Desde que se fue con Bo Gelian, perdimos el contacto con él”.

Esa revelación golpeó a Jiang Sese como un rayo. Se sintió mareada e inconscientemente cerró los ojos preocupada.

Gu Nian vio su reacción y rápidamente le aconsejó: “Joven Señora, por favor, no se agobie. Su cuerpo no podrá soportarlo”.

Fu Jingyun también le instó: “Sese, cálmate. Si hay algo, lo discutiremos cuando volvamos, ¿de acuerdo?”.

Jiang Sese no quería que se preocuparan, así que respondió débilmente: “De acuerdo”.