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El corazón de Fang Yuchen se endureció y quiso apartarla.
Sin embargo, los sollozos que salían de entre sus brazos hacían que su corazón se apretara una y otra vez, haciendo que le doliera incluso respirar.
Al final, sin querer él abrazó a la mujer entre sus brazos con fuerza, como si quisiera absorberla dentro de sí.
“¡No quiero terminar!”, dijo Liang Xinwei, con la voz un poco ronca.
Fang Yuchen enterró su cabeza en el cuello de ella y su voz era profunda y quebrada: “Vas a salir herida si te quedas conmigo...”.
Antes de que pudiera terminar, Liang Xinwei lo interrumpió: “No tengo miedo. Mientras estés a mi lado, no le tengo miedo de nada”.
“Chica tonta”. El corazón de Fang Yuchen se derritió hasta sentirse confundido.
Si ella no tenía miedo, ¿qué tenía que temer un hombre adulto como él?
En la noche, mientras se abrazaban con fuerza, parecía que eran una sola persona.
Anan había esperado mucho tiempo hasta que apareció su Tío Fang.
En cuanto se abrió la puerta, corrió inmediatamente hacia ella. Cuando vio a Fang Yuchen allí, exclamó emocionado: “¡Tío Fang!”.
La afición de Anan por Fang Yuchen se mostraba claramente en su rostro en todo momento.
Fang Yuchen se acercó y le pellizcó las mejillas mientras le preguntaba con una sonrisa: “¿Terminaste tus tareas?”.
“Hace tiempo”.
“Qué bien”. Fang Yuchen le acarició la cabecita cariñosamente.
“No te quedes ahí, entra”.
Como había estado llorando, la voz de Liang Xinwei estaba un poco ronca.
Anan pudo darse cuenta inmediatamente de que algo andaba mal. La miró y vio que sus ojos estaban rojos. Sus pequeñas cejas se fruncieron: “Mamá, ¿estabas llorando?”.
Liang Xinwei sonrió y sacudió la cabeza: “No, el viento simplemente me metió un poco de arena en los ojos”.
“Oh”. Anan le creyó y no hizo más preguntas.
Cogió la mano de Fang Yuchen y entró mientras decía: “Mamá hizo gambas agridulces especialmente para ti. Incluso lo buscó en un libro de cocina”.
Cuando Fang Yuchen escuchó esto, miró a Liang Xinwei.
Sus ojos se encontraron.
Liang Xinwei apartó la mirada con timidez: “No sabía cómo hacerlo. Si no sabe bien, no te quejes”.
La mirada de Fang Yuchne se profundizó y dijo en voz baja: “Mientras que fue hecha por ti, seguro que me gustará”.
El corazón de Liang Xinwei se sintió dulce y confuso cuando escuchó eso.
Se apresuró a entrar en la cocina y calentó la comida fría antes de llevarla a la mesa del comedor.
Anan ya había tirado de Fang Yuchen para que tomara asiento. Se sentó con las dos manos sobre la mesa, esperando a comer.
Tres platos y una sopa.
Aunque se trataba de comida casera básica, el aire se llenó de un espeso aroma. Además de la luz proyectada desde arriba, todo tenía un aspecto cálido y hermoso.
“Debes tener hambre, come”.
Liang Xinwei puso el arroz delante de ellos.
Luego se sentó frente a Fang Yuchen y lo miró con anticipación.
Fang Yuchen comprendió su intención y tomó sus palillos para coger un langostino y comerlo.
'Mmm... un poco dulce'.
Sin embargo, siguió diciendo con una sonrisa: “Está delicioso”.
Los ojos de Liang Xinwei se iluminaron: “¿De verdad?”.
“Mamá, está muy bueno”. dijo Anan en señal de afirmación.
Liang Xinwei cogió un langostino para sí misma y sus ojos se iluminaron: “Está realmente bueno”.
Al principio le preocupaba que su primer intento no fuera bueno, pero ahora por fin podía relajarse.
Fang Yuchen y Anan se comieron prácticamente todos los platos y la sopa.
Al ver los platos vacíos, el corazón de Liang Xinwei se llenó de alegría.
Era una alegría y una satisfacción tan grande ver a las personas a las que quería comer la comida que había hecho.
Tras la cena, Liang Xinwei se dispuso a limpiar, pero Fang Yuchen la detuvo.
Mirando hacia arriba, se encontró con sus iris negros como el azabache.
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