Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1307

Era raro que Fang Yuchen no tuviera que ir a trabajar y simplemente pasara toda la tarde con Liang Xinwei. Solo salieron cuando Anan volvía de la escuela.

“Tío, ¿a dónde vamos?”. Anan desvió su mirada desde fuera del coche y la dirigió hacia el hombre del asiento del conductor.

Fang Yuchen se volvió para mirar a Anan a través del espejo retrovisor. Sonrió cálidamente. “¿Adónde quieres ir?”.

Liang Xinwei devolvió la mirada a Anan con calidez también.

“Quiero ir...”. Anan pensó seriamente por un momento antes de que sus ojos se iluminaran. “Quiero ir al parque de diversiones”.

“¿Ahora?”. Fang Yuchen y Liang Xinwei intercambiaron miradas. “Es tarde, el parque de atracciones cerrará pronto”.

“¿De verdad?”. Anan estaba un poco decepcionado.

Fang Yuchne sonrió. “Te llevaré allí otro día, ¿está bien?”.

Anan asintió. “Está bien”.

“Buen chico”. Fang Yuchen le elogió antes de preguntar: “Vamos a un McDonald 's, ¿te parece?”.

“¡Claro!”. El rostro abatido de Anan se iluminó al instante.

Parecía que todos los niños no podían resistirse a McDonald 's.

“Me ha estado rogando para que lo lleve a comer hamburguesas, pero siempre le digo que no”, dijo Liang Xinwei riendo mientras miraba a Anan, que estaba encantado.

“¿Por qué?”. Fang Yuchen estaba confundido.

“Porque no es saludable”. Liang Xinwei no quería que comiera demasiada comida frita, ya que sería malo para su salud.

Fang Yuchen asintió. “Tienes razón, pero tampoco le niegues demasiado”.

Liang Xinwei dijo con disgusto: “Contigo cerca, ¿cómo podría?”.

Fang Yuchen se rio y no dijo nada.

Cuando llegaron al restaurante, Fang Yuchen llevó a Anan al mostrador para pedir mientras Liang Xinwei encontraba una mesa junto a la ventana y se sentó.

En ese momento, había mucha gente en el local.

Fang Yuchen y Anan estaban parados, uno al lado del otro, al final de la cola.

Liang Xinwei los vio en cuanto giró la cabeza. Un adulto y un niño, cualquier extraño que los viera pensaría que son padre e hijo.

No pudo evitar sonreír.

De repente, sonó su teléfono.

Cuando miró, era Shang Ying quien llamaba.

La sonrisa de Liang Xinwei se congeló al instante. Respiró profundamente antes de contestar.

“Hola Tía”.

“Weiwei, ¿Yuchen está contigo?”. Preguntó Shang Ying sin rodeos.

Liang Xinwei miró a Fang Yuchen, que estaba cerca, inconscientemente mientras decía suavemente: “Sí”.

Se hizo el silencio al otro lado.

Era tan silencioso que el ajetreo que la rodeaba la hacía sentir muy incómoda.

El corazón de Liang Xinwei comenzó a llenarse de precaución, no sabía por qué Shang Ying la llamaba.

Mucho tiempo después, se oyó de nuevo la voz de Shang Ying. “Weiwei, ¿cuándo estás libre?”.

“¿Tía necesitabas algo?”. Preguntó Liang Xinwei en respuesta.

“Me gustaría hablar contigo”.

Liang Xinwei sonrió imperceptiblemente. “Tía, si tienes algo que decir, puedes decírmelo ahora”.

“Sería mejor en persona”.

Al ver esto, Fang Yuchen pensó que tal vez estaba pensando demasiado, y dijo con una sonrisa: “De acuerdo entonces, haremos como dices”.

Después de llevar a Liang Xinwei y a Anan a su casa, Fang Yuchen regresó a la antigua residencia de los Fang.

Acababa de cruzar el umbral cuando oyó una voz familiar.

“Tía, cocinas muy bien. No había comido una comida tan buena en mucho tiempo”.

Era Ye Xiaoyi.

¿Por qué estaba aquí?

Fang Yuchen frunció el ceño profundamente y entró para ver a su madre sentada con Ye Xiaoyi en la sala.

Cuando Ye Xiaoyi lo vio, se puso de pie alegremente. “¡Yuchen, volviste!”.

Fang Yuchen la ignoró y miró a su madre mientras decía. “Mamá, ¿qué hace ella aquí?”.

Shang Ying miró a Ye Xiaoyi y le explicó: “No te vio en la oficina, así que vino acá”.

“¿Te dijo algo?”. Preguntó Fang Yuchen.

“¿Qué crees que diría?”. Shang Ying preguntó en respuesta.

“Lo que sea que haya dicho, es cierto”.

Al principio pensaron que intentaría defenderse, pero quién iba a decir que diría eso.

Esto dejó atónitas tanto a Shang Ying como a Ye Xiaoyi.

“Yuchen, ¿sabes qué estás diciendo?”. Shang Ying fue la primera en espabilarse y preguntar.

“Mamá, ya que ella también está aquí, lo diré”. Fang Yuchen miró a Ye Xiaoyi con frialdad. “No me gusta, y nunca me casaría con ella”.

Tan pronto como Ye Xiaoyi escuchó esto, instantáneamente se puso pálida. “Fang Yuchen, ¿quién te crees que eres? ¿Vas a decidir todo por tu cuenta?”.