Resumo do capítulo Capítulo 1428 Ella es la fuente de las desgracias do livro Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma de Internet
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Shangguan Qian se disgustaba cada vez más cuanto más pensaba en ello. Apretó los dientes: “¡No voy a aceptar esto así!”.
“Sí, el Grupo Jin aseguró el proyecto, pero veamos si puede ejecutarlo sin problemas”. Crimmings miró a Shangguan Qian: “Ya sabes lo que debes hacer”.
“Por supuesto”. Shangguan Qian se mofó: “Ya que se atreven a pujar por 4,000 millones, quiero ver si realmente pueden soltar los fondos”.
Era innegable que el Grupo Jin tenía bolsillos profundos, pero probablemente aún era difícil conseguir 4,000 millones en efectivo.
En ese momento, el asistente se apresuró a entrar.
“Señor Presidente, concluimos nuestras investigaciones. Este proyecto se consiguió gracias a los esfuerzos conjuntos del Grupo Jin junto con las familias Fang, Yun, Ji y Jing”.
Tras escuchar el informe del asistente, Shangguan Qian chasqueó la lengua: “Me preguntaba de dónde sacó la confianza para hacer una oferta tan alta. Resulta que ya contaba con unos cuantos buenos socios con los que trabajar”.
Crimmings tenía una mirada sombría: “No es la primera vez que ayudan al Grupo Jin. Por sí solo, el Grupo Jin no es fácil de enfrentar, pero con ellos, me temo que nuestro trabajo será más difícil”.
“¿Quieres rendirte?”. Shangguan Qian giró la cabeza y lo miró fijamente.
“¿Renunciar?”.
Crimmings rio salvajemente como si hubiera escuchado un chiste: “¡Hasta que el Grupo Jin sea destruido, no puedo rendirme!”.
Shangguan Qian asintió: “Me alivia lo que dijiste. Entonces, ¡encontraremos la manera de evitar que el proyecto se ponga en marcha!”.
El Grupo Jin contaba con la ayuda de varias familias, pero Shangguan Qian también tenía sus aliados. ¡Era imposible saber quién ganaría!
...
País F.
“A pesar de la feroz competencia de más de una docena de empresas, el Grupo Jin finalmente ganó la licitación del proyecto del Grupo TS con un alto precio de 4 mil millones...”.
El ordenador portátil que estaba sobre el escritorio reproducía las últimas noticias de negocios nacionales.
Li Xi, que era Shangguan Yuan disfrazada, estaba parada frente a la ventana francesa. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho y su rostro, exquisitamente maquillado, estaba cubierto por una neblina aterradora.
¡Jin Fengchen volvió a ganar!
Ese hombre imbatible nunca perdía.
Sus manos cayeron a su lado y se apretaron con fiereza, sus uñas se clavaron profundamente en las palmas. Li Xi no sentía ningún dolor, y el odio de sus ojos estaba a punto de rezumar.
¡Inaceptable!
Pensó que esta vez le daría el gusto de fracasar, ¡pero aun así ganó!
Jiang Cheng entró en la habitación y vio a Li Xi frente a la ventana. Aunque estaba a cierta distancia, podía sentir el resentimiento que emanaba de ella.
Se acercó y la llamó suavemente: “Xixi”.
Al oír el sonido, Li Xi ocultó rápidamente todas sus emociones, se dio la vuelta y lo miró sin comprender.
Cambió su rostro, y era extraño pero familiar.
Jiang Cheng no pudo evitar levantar la mano para acariciar su rostro, y susurró suavemente: “Xixi, te devolveré tu aspecto original lo antes posible”.
“¿Sabes el resultado de la puja?”. Preguntó Li Xi, con la voz nivelada.
“Lo sé”. Jiang Cheng asintió: “Jin Fengchen ganó”.
Li Xi apretó los dientes: “¡No puedo aceptarlo!”.
Jiang Cheng levantó las cejas: “¿Quieres volver entonces?”.
Li Xi no respondió.
“¿Quieres volver o esperar?”. Jiang Cheng volvió a preguntar, de otra manera.
Li Xi frunció el ceño: “¿Crees que es el momento adecuado para volver?”.
Jiang Cheng reflexionó por un momento. “Tu hermano puede encargarse de ello por ahora, y no necesitamos tomar medidas por el momento. Sin embargo...”.
Hizo una pausa: “Si te sientes resentida, también podemos dividir nuestra energía para ocuparnos de Jiang Sese. Después de todo, ella es la fuente de tu desgracia”.
En cuanto escuchó las palabras “Jiang Sese”, los ojos de Li Xi se oscurecieron. “Si ese es el caso, no hay nada que considerar”.
Entrecerró los ojos: “Haz los arreglos, debo hacer sufrir a esa p*rra de Jiang Sese”.
Jiang Cheng la tomó en sus brazos: “No te preocupes, te ayudaré a arreglar todo”.
...
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