Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1552

Jin Fengchen, que estaba de viaje de negocios en una ciudad vecina, dejó inmediatamente su trabajo incompleto y se apresuró a regresar a la Ciudad Jin tras enterarse de lo sucedido a Jiang Sese y Tiantian.

Al llegar a casa, entró por la puerta y preguntó con urgencia: “¿Dónde están Sese y Tiantian?”.

“Arriba”. El mayordomo respondió.

Jin Fengchen se apresuró a subir. Se dirigió a la puerta de la habitación de Tiantian, empujó la puerta con suavidad y vio de un vistazo la esbelta figura sentada en el borde de la cama.

La inquietud de su corazón se calmó lentamente al verla.

Él entró.

A pesar de sus ligeros pasos, Jiang Sese lo oyó, giró la cabeza y vio que era él. Levantó un dedo índice hacia su boca y le indicó que no hiciera ningún ruido.

Jin Fengchen miró suavemente a Tiantian, que estaba dormido.

Después de un rato, Jiang Sese se levantó y lo sacó.

Cuando volvieron a su habitación, Jiang Sese preguntó: “¿Por qué volviste?”.

Jin Fengchen la miró y no dijo nada.

Parecía muy serio cuando no hablaba ni reía.

“Fengchen...”. Dijo Jiang Sese.

“¿Por qué te fuiste sola sin decirme?”.

El apuesto rostro de Jin Fengchen estaba tenso, y obviamente estaba enfadado.

El corazón de Jiang Ses se estremeció. Se mordió el labio y explicó con cuidado. “Me preocupaba que le pasara algo a Tiantian, así que no pensé tanto en el momento... No te enfades, ¿está bien?”.

Había un matiz de tristeza y lloriqueo en su voz.

Jin Fengchen suspiró ligeramente. No estaba realmente enfadado con ella, pero le preocupaba que tuviera un accidente.

Bo Gelian era demasiado peligroso y tenía intenciones para ella. ¿Quién sabe lo que le haría?

Le molestaba aún más que Bo Gelian se atreviera a tocar a Tiantian. ¡Simplemente buscaba la muerte!

Al ver que su mirada se aliviaba ligeramente, Jiang Sese sonrió y preguntó con cuidado: “¿Sigues enfadado?”.

En lugar de responder, Jin Fengchen le sujetó los hombros, la miró de arriba abajo y preguntó: “¿Cómo estás?”.

Jiang Sese sacudió la cabeza: “Estoy bien. Solo siento haberte preocupado”.

Jin Fengchen sonrió sin poder evitarlo. “Chica tonta. No te disculpes”.

Al encontrarse con su gentil mirada, Jiang Sese se asustó a posteriori. Se lanzó a sus brazos y se agarró a su cintura con las manos abiertas. Enterró su cabeza en sus brazos, sus ojos estaban ligeramente rojos.

Nadie sabía lo asustada que estaba cuando se enteró de que a Tiantian fue secuestrada por Bo Gelian.

Si le hubiera pasado algo a Tiantian, ¡nunca se lo perdonaría!

Jin Fengchen la abrazó, mirando hacia abajo y besando su cabeza.

Sintió su miedo, y su corazón se sintió como si le hubieran agarrado fuertemente.

Le dolía.

“Lo siento, no te protegí”.

Su voz estaba llena de remordimientos, y Jiang Sese levantó la cabeza de su pecho.

Sus ojos se encontraron.

Jin Fengchen tenía una mirada de enfado mientras extendía la mano y lo cogía para examinarlo.

“Joven Amo, Bo Gelian incluso secuestró a Tiantian y obligó a la Joven Señora a verlo, solo para darle esta medicina”.

Hablando de esto, He Shuhan frunció el ceño. “No será cierto que él de verdad quiere salvar a la Joven Señora, ¿verdad?”.

Jin Fengchen pensó por un momento antes de abrir lentamente la boca: “Independientemente de sus intenciones, no importa. Entrégale esta medicina a Mo Xie y Han Yu para que lo prueben”.

Aunque esta medicina se dio el enemigo, si era realmente efectiva contra el virus, tendría que soportarla aunque no estuviera contento.

Sin embargo, ¡no tenía la intención de dejar pasar esto!

Especialmente porque Bo Gelian incluso atacó a sus hijos, ¡para no tener que soportarlo!

Jin Fengchen entrecerró los ojos, revelando un rastro de aire frío: “Shuhan, investiga inmediatamente los movimientos de Bo Gelian”.

He Shuhan bajó la cabeza: “Joven Amo, ya hice que otros ocuparán de eso. Se reunirá con los clientes en un casino subterráneo esta noche”.

Jin Fengchen sonrió fríamente y preguntó: “¿Cuándo?”.

Al principio, era imposible dar con el paradero de Bo Gelian. Sin embargo, no vendría en una bandeja de plata.

Si no aprovechaba bien la oportunidad, sería un insulto.

“En una hora”.

Al oír esto, Jin Fengchen dio la orden: “Trae hombres. Nos encontraremos allí en una hora”.

“Sí”.

He Shuhan se fue a toda prisa.