Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1573

Jiang Sese se sonrojó y lo miró con irritación. “Basta, ya es hora de irnos”.

Diciendo esto, se dirigió al frente del espejo vestidor para arreglar su lápiz labial.

“De acuerdo”.

Jin Fengchen la miró con ternura en los ojos. Fue al guardarropa y cogió un abrigo y se lo puso sobre los hombros. “Póntelo primero, hace frío fuera”.

Jiang Sese sabía que no podía descuidar su cuerpo, así que se lo puso obedientemente.

Después, salieron juntos. Cuando llegaron a la última planta del hotel, ya podían oír risas.

Jiang Sese tomó el brazo de Jin Fengchen y entró. Todos los empleados que estaban charlando miraron en su dirección.

Jiang Sese, que se convirtió en el centro de su atención, estaba avergonzada, pero seguía manteniendo una sonrisa amable y generosa.

“Presidente Jin, Señora Jin”. Dos directivos de alto nivel se acercaron a saludarlos respetuosamente.

Jin Fengchen asintió ligeramente. “Mmm”.

De pocas palabras como siempre.

Jiang Sese no pudo evitar reírse mientras decía: “La cena de celebración de hoy es para que ustedes se relajen, así que no sean tan reservados”.

Con sus palabras, todos respiraron aliviados, y el ambiente recuperó poco a poco el entusiasmo del principio.

Después de un rato, los empleados vinieron a proponer un brindis.

Para no estropear la diversión de todos, Jiang Sese bebió un poco, pero era consciente de su cuerpo, y Jin Fengchen no la dejó beber demasiado.

Durante la cena, cuando Jin Fengchen charlaba con varios altos funcionarios, una chica de unos veinte años se acercó a Jiang Sese con un trozo de pastel.

“¡Señora Jin, es usted muy guapa y bastante simpática. Usted no es engreída en lo absoluto!”

Al decir esto, la chica le entregó el pastel.

Jiang Sese lo cogió y sonrió. “Gracias. Tú también eres hermosa”.

“Jeje, estuviste realmente increíble. Escuche de parte de mi jefe que usted fue la que cambió la marea y salvó las pérdidas de la empresa”. La chica la miró, con los ojos llenos de asombro.

Jiang Sese no pudo evitar sonreír: “Esto no es mérito mío, es el resultado del esfuerzo conjunto de todos. Todos en la empresa son muy increíbles”.

...

Cuando los demás empleados vieron que era tan fácil llevarse bien con ella, no pudieron evitar venir de dos en dos y charlar con ella.

Cuando Jin Fengchen se acercó lentamente, todos se dispersaron.

Jiang Sese miró a Jin Fengchen y sonrió ligeramente. “¿Por qué te tienen tanto miedo?”.

“¿Quieres que les guste?”.

Jin Fengchen tenía una mirada divertida.

“No”.

Jiang Sese lo miró y levantó la barbilla con orgullo. “Definitivamente les agrado más”.

Jin Fengchen sonrió: “Naturalmente. Eres muy agradable, ¿a quién no le vas a gustar?”.

“Me doy cuenta...”.

“No”. Jiang Sese frunció los labios y miró al cielo, con un aspecto cada vez más amable. “Dijiste que cuando los niños crecieran, la familia Jin ya no necesitaría que te preocuparas. Encontraremos un lugar tranquilo para envejecer juntos. Eso estaría bien”.

“¿Hay pensar tanto en el futuro?, aún estamos jóvenes”. Jin Fengchen le tocó suavemente la nariz.

Jiang See lo miró: “Claro. Porque quiero estar contigo un poco más y no separarme nunca”.

Dicho esto, todo tipo de emociones brotaron en su corazón, y Jiang Sese arrojó a sus brazos, agarrando su cintura con ambas manos.

“Realmente no quiero separarme de ti”.

Cuando Jin Fengchen escuchó esto, le dolió el corazón.

Ellos pasaron por demasiadas cosas en estos años, y se vieron obligados a separarse durante tanto tiempo. Aunque ahora puedan llevarse bien día y noche, ella seguramente seguía teniendo miedo.

“Está bien. Nunca nos separaremos”. Jin Fengchen la abrazó, acariciando su suave pelo con su gran palma, y su voz era suave y afectuosa: “Sese, te quiero”.

Jiang Sese levantó la cabeza, con los ojos llenos de lágrimas mientras sonreía. “Yo también te quiero”.

Conmovido, Jin Fengchen bajó la cabeza y la besó.

Fue un beso conmovedor.

Tras el beso, Jiang Sese empezó a reaccionar y se dio cuenta de que ¡estaban en una calle pública! En un instante, se sonrojó hasta las orejas. Enterró la cara en su pecho.

“Volvamos”. Jin Fengchen le frotó el lóbulo de la oreja y le susurró.

Solo entonces, Jiang Sese abandonó su abrazo y levantó la vista. A la luz de la farola, su rostro estaba rojo, y era muy hermoso.

Jin Fengchen resistió el impulso de volver a besarla, la cogió de la mano y caminó hacia el coche aparcado.