Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1669

Al final de la fiesta, Vivian se fue con su asistente.

Era la hora de empezar la vida nocturna. El tráfico en la carretera era tan denso que el asistente condujo sin problemas durante todo el trayecto para llevar a Vivian a casa.

Inesperadamente, sintió que algo andaba mal poco después de salir del centro de la ciudad.

...

Antes de que pudiera pensar en ello, un todoterreno negro dio un volantazo, bloqueándoles el paso.

Inconscientemente, el asistente pisó el freno y por fin comprendió lo que ocurría.

Le entró el pánico y miró a Vivian. “¡Señorita, estamos rodeados!”.

La reacción provocada por los frenos hizo que Vivian se inclinara repentinamente hacia delante. Se estabilizó, miró a su alrededor y volvió a sonreír. “¡Interesante, esto significa que Jin Fengchen no toma las cosas a la ligera!”.

“¿Quiere… quiere decir que esta es la acción de Jin Fengchen?”. El asistente estaba un poco sorprendido.

Si podía contraatacar tan pronto, significaba que la fuerza y los medios de Jin Fengchen eran de tener en cuenta.

Vivian no contestó, salió del coche con una sonrisa y miró directamente a aquel grupo de gente con su rostro bellamente maquillado.

El otro grupo estaba liderado por un hombre alto, frío y duro.

Cuando He Shuhan vio a Vivian, sintió que aquella mujer indolente era especialmente peligrosa.

“Parece que el Presidente Jin es realmente vengativo”. Vivian lo miró provocativamente con una sonrisa en los ojos.

He Shuhan hizo una mueca fría. “Cuando te acercas discretamente a mi Joven Amo, deberías pensar en este tipo de consecuencias”.

Vivian sonrió y se acercó a He Shuhan, casi llegando a su pecho.

Parecía ambigua, pero al segundo siguiente, atacó rápida y ferozmente de la nada.

Afortunadamente, He Shuhan se lo esperaba, y pudo atrapar fácilmente su ataque.

Sin embargo, aún estaba ligeramente sorprendido, y la fuerza de esta mujer no era inferior a la de un hombre.

Sus movimientos eran limpios. Si los otros guardaespaldas secretos se cruzaban en su camino, podrían sufrir algunas bajas.

Vivian también se sorprendió. Al principio, subestimó a He Shuhan, pensando que no era más que una persona ostentosa. Ahora parecía que no era así.

Tampoco pudo evitar ponerse seria y luchar intensamente.

Pronto empezó a quedarse rezagada, pero la sonrisa en la comisura de sus labios continuaba intacta. Hacía mucho tiempo que no se encontraba con una persona fuerte, y su excitación mental superaba el dolor de su carne y su cuerpo.

Cuando He Shuhan vio que logró su objetivo, se retiró a un lado y ordenó: “¡Retirada!”.

Sus hombres se detuvieron rápidamente, evacuaron y desaparecieron en la noche.

Vivian entrecerró los ojos al verlos marchar y levantó la mano derecha. “No los persigas”.

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