Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1698

Por otro lado, Mo Tingfeng pronto recibió una llamada de Gu Nian y se enteró de las noticias sobre Vivian.

Tras colgar, Mo Tingfeng se cambió rápidamente de ropa. “Wushuang, voy al hospital”.

Tras decir esto, le contó brevemente lo sucedido.

Qin Wushuang se sorprendió al saber que Jin Fengchen salvó a Vivian.

Pero también tenía claro que este asunto debía resolverse cuanto antes. Una vez que los hombres de Hebrew encontraran a Vivian, volverían a perder su ventaja.

Qin Wushuang respondió inmediatamente: “De acuerdo, iré contigo”.

Mo Tingfeng, naturalmente, no puso objeciones. También llamó a un pequeño equipo de policías, que acudieron disfrazados al hospital.

...

En la sala del hospital.

Vivian acababa de ser operada y la empujaron a la sala.

Mo Tingfeng suspiró en su interior al ver el rostro originalmente encantador de Vivian, ahora solo una pálida sombra de sí misma que parecía débil e inofensiva.

El Pequeño Zhou silbó a un lado y dijo con lástima: “¿Quién pensaria que una mujer así vendría de ese lugar? Además, que una persona tan orgullosa fue abatida así en un abrir y cerrar de ojos”.

Mo Tingfeng guardó silencio, no tenía mucho contacto con Vivian, pero ya sabía todo lo que hizo.

Sabiendo quién era, no sabía si debía compadecerse de ella, ¿o se lo merecía?

“¿Los hombres de Vivian? ¿Encontraron a todos ellos?”. Mo Tingfeng guardó silencio un momento, antes de preguntar.

El Pequeño Zhou respondió: “No encontraron a nadie, presumiblemente cubrieron su huida, así que...”.

Mientras hablaban, Vivian murmuró, como adolorida, y luego abrió lentamente los ojos.

“Tú...”.

Cuando vio que Mo Tingfeng estaba cerca, frunció el ceño, pero su voz era muy ronca porque estuvo inconsciente durante demasiado tiempo y perdió mucha sangre.

Vivian frunció el ceño y lo miró. Parecía haber una mirada de desdén en su expresión. “¿Qué es lo que quieres? Desde luego, no me salvaste de la bondad de tu corazón”.

“Al menos estás conmigo, y no estás en peligro”.

Mo Tingfeng volvió a reír mientras decía: “Pero lo que quiero es que cooperes conmigo”. Vivian, solo cooperando conmigo puedo garantizarte que no correrás peligro. Por supuesto, tú misma sabes lo que hiciste, y no te dejaré marchar”.

Vivian se puso furiosa. Por supuesto, ella quería vivir, pero eso no significaba que quisiera ser castigada por la ley.

Sabía que ahora estaba en un dilema, y no importaba lo que hiciera, no sería fácil.

Miró fijamente a Mo Tingfeng y cerró los ojos. “Inspector Mo, por favor, regrese. Aún estoy muy débil”.

“Claro”.

Mo Tingfeng no tenía prisa. “Tómese su tiempo, este lugar es muy seguro. Hay al menos diez personas en la puerta vigilándola. Incluso si Hebrew viene en persona, no puede hacer nada”.

La protegía nominalmente, pero en realidad estaba bajo arresto domiciliario. Vivian se puso furiosa al ver cómo Mo Tingfeng hablaba como si se estuviera justificando. Decidió ignorarlo.