Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1702

Los ojos de Klaus brillaron de admiración. “Por favor, espere aquí un momento mientras organizo la reunión”.

“Claro”. Respondió Jin Fengchen.

Klaus asintió y fue personalmente a hablar con Andrew.

Cuando se fue, Jiang Sese empezó a relajarse poco a poco.

Al notar que se sentía aliviada, Jin Fengchen le alborotó el pelo divertido. “No te pongas nerviosa, no hay nada diferente de una fiesta de cóctel. Además, siempre estaré contigo”.

“Pero esto es un banquete real después de todo, y no puedo avergonzarte”.

Susurró Jiang Sese mientras miraba a su alrededor a todos los extranjeros con sus mejores galas.

“No tengas miedo, mi Sese es la persona más destacada. Nunca me avergonzaría”. Jin Fengchen la miró cálidamente, tranquilizándola.

Al oír palabras tan íntimas y la forma en que le hablaba como si fuera una niña, las mejillas de Jiang Sese se tiñeron de carmesí al instante y dijo enfadada: “Hay tanta gente”.

Jin Fengchen sonrió, cambió de tema e intentó que se relajara por completo.

De repente, se oyó una música melodiosa y muchas personas dejaron sus copas y bailaron el vals con sus parejas hacia el centro de la sala de banquetes.

Jin Fengchen hizo una caballerosa invitación a Jiang Sese mientras se inclinaba y levantaba la mano para mirarla: “Señora Jin, ¿me permites un baile?”.

Jiang Sese le tomó la mano, riendo: “Por supuesto, debo dar la cara un poco por el Presidente Jin”.

Todos los presentes hoy eran miembros de la familia real del País S, todos eran rubios. En medio de ellos destacaban los rasgos orientales de Jiang Sese y Jin Fengchen.

Eran refinados y guapos, y bailaban al ritmo de la música con belleza y buena química. Era imposible apartar la mirada.

Pronto atrajeron la atención de mucha gente.

En ese momento, en el segundo piso de la sala de banquetes, un hombre vestido con un magnífico traje estaba apoyado en la barandilla, mirando con gran interés a Jiang Sese, que bailaba maravillosamente.

Sus ojos estaban llenos de asombro y se resistía a apartar la mirada, pero no podía evitar su curiosidad. Señalando a Jiang Sese, giró la cabeza y preguntó: “¿Quién es esa mujer oriental?”.

Esta mujer no solo tenía el temperamento maduro y gentil de las mujeres orientales, sino también un encanto amoroso que le robaba a uno el corazón...

Cuanto más la miraba, más feliz se sentía.

Uno de sus cómplices oyó esto y rápidamente dijo: “Señor, iré a averiguarlo”.

En ese momento, Klaus también fue al segundo piso. Al ver al hombre, se apresuró a decir: “Príncipe Andrew, por fin lo encuentro”.

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