Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1777

Jin Fengchen no ocultó la verdad. Simplemente dijo: “Tengo varias listas. Son algunos de los miembros del enmarañado y complicado poder que hay detrás de Hebrew”.

Al oír esto, los ojos de Mo Tingfeng se iluminaron.

Con esa lista, las cosas serían mucho más fáciles.

Jin Fengchen vio que su expresión cambiaba y dijo: “Si arrestamos a estas personas, sería un golpe sustancial para Hebrew. Al mismo tiempo, le enviaría el mensaje de que no puede afianzarse en el país”.

Su voz era fría como el hielo. Incluso Mo Tingfeng se estremeció ligeramente.

Jin Fengchen no era un hombre que se enfadara.

“Aunque tardaremos algún tiempo en destruirlo por completo, podemos hacerle un daño considerable”.

Mo Tingfeng tenía mucha curiosidad. Entrecerró los ojos y preguntó: “¿De dónde sacaste esta lista, Presidente Jin?”.

Jin Fengchen lo miró con calma: “No estoy en libertad de decirte”.

Mo Tingfeng frunció el ceño. Entonces pensaba que los métodos de Jin Fengchen eran despiadados y que hacía las cosas con eficacia.

Ahora, parecía que su influencia no era lo que parecía.

Este hombre era imposible de medir. Podía hacer cosas muy impredecibles en cualquier momento.

Mo Tingfeng miró largamente a Jin Fengchen y no insistió.

Cuando Jin Fengchen le dio la lista, se dispuso a marcharse.

Inesperadamente, acababa de dar dos pasos cuando se detuvo de repente y miró a Mo Tingfeng. “¿Vivian sigue viviendo contigo?”.

Mo Tingfeng se sorprendió. ¿Por qué está preocupado por eso?

Sin embargo, todavía asintió: “Sí, aún está conmigo”.

“Esa mujer podría ser útil para esta operación. Deberíamos hacer uso de ella”.

Mientras decía eso, Jin Fengchen colocó un pequeño frasco de droga sobre la mesa. “Esta clase de droga fue desarrollada por mi gente. Cuando se toma no causa ningún daño al cuerpo, pero provocará erupciones rojas en la piel. A todas las mujeres les encanta su aspecto, puedes usarlo para asustarla”.

Mo Tingfeng comprendió instantáneamente su significado. Guardó suavemente el frasco.

Cuando se marchó, Mo Tingfeng regresó inmediatamente a la comisaría y empezó a planificar. Esta vez, no podía haber errores.

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