Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1810

Sin embargo, pensándolo mejor, Jin Beichen pensó que era lo correcto.

Después de lidiar con esas dos personas, Xu Yingxi naturalmente querría regresar a la familia Xu, y sería imposible quedarse con él.

No era más que una opción conveniente en un momento de necesidad.

Estaba inexpresivo como de costumbre, con una actitud indiferente: “No hace falta que me lo pagues. No era para tanto”.

Xu Yingxi no estuvo de acuerdo. “¿Cómo no va a ser para tanto? Está decidido, ¡cuando tenga la oportunidad te lo pagaré sin duda!”.

Después de decir eso, no le dio a Jin Beichen la oportunidad de responder. Recogió la caja de regalo, subió las escaleras y volvió a su habitación.

Jin Beichen la miró mientras se marchaba y tuvo una extraña sensación en el corazón. Frunció el ceño, ignoró esa extraña sensación y se dirigió al estudio.

Inesperadamente, se sentó en su escritorio durante largo rato, pero no prestó atención al documento que estaba leyendo. Simplemente se levantó y volvió a su habitación a descansar.

A la mañana siguiente, Xu Yingxi cocinó personalmente y preparó un abundante desayuno.

Jin Beichen bajó las escaleras después de lavarse y sintió el olor del desayuno antes incluso de entrar en el comedor.

Se acercó y vio a Xu Yingxi ocupada en la cocina. Se sorprendió. “¿Por qué estás preparando el desayuno?”.

“De momento no se me ocurre cómo compensarte. Prepararé el desayuno para demostrarte mi sinceridad”.

Xu Yingxi le guiñó un ojo y salió con dos tazas de leche caliente. “Bueno. Vamos a comer”.

Al decir esto, entregó una de las tazas al contrario.

Jin Beichen arqueó las cejas y se sentó a desayunar.

Después de desayunar, Xu Yingxi volvió a su habitación y recogió sus cosas. Cuando bajó, vio que Jin Beichen se marchó.

No importaba. Podían considerar sus palabras de anoche como su despedida.

Salió de la villa con la caja de regalo que contenía el vestido. Pidió un taxi y se dirigió a una cafetería del centro de la ciudad para encontrarse con Qin Wanqing.

Cuando llegó, Qin Wanqing ya estaba allí.

“¿Están bien tus heridas?”.

Al verla, Qin Wanqing se preocupó.

Ella asintió: “Sí, están bien”.

“Eso está bien. ¡La boda de la despreciable pareja comenzará a las dos de la tarde en el Hotel Haiwei! Ya contacté a los medios de comunicación. Aquí está la invitación. ¡Puedes ir allí y exponer su verdadero rostro en público!”.

Dijo Qin Wanqing indignada mientras le entregaba una hermosa tarjeta de invitación.

Ella la cogió y la miró. ¡La cubierta de la invitación tenía un estampado de rosas y el color era rojo y deslumbrante!

La miró con determinación. “Wanqing, esta vez sí que te lo debo. Si no fuera por ti, no podría hacer nada”.

“Somos buenos amigos, no hay necesidad de que digas eso”.

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