Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 334

Jiang Sese recibió una llamada por la tarde.

"Hola Señorita Jiang, soy el padre de Su Qingyin. Si le viene bien, ¿podría dedicar algo de tiempo a reunirse conmigo?".

La reunión era innecesaria. Jiang Sese ya podía adivinar que se ponía en contacto con ella por el incidente con Su Qingyin.

"Lo siento, pero no creo que esté libre".

Jiang Sese lo rechazó sin pensarlo.

"Permítame disculparme por lo que Qingyin le ha hecho en su nombre. Espero que estés dispuesta a reunirte conmigo por mi bien como padre".

"Lo siento, yo...".

"Señorita Jiang, por favor entienda lo difícil que es para mí como padre. ¿Puede reunirse conmigo, por favor?". El Sr. Su estaba casi rogándole.

La determinación de Jiang Sese se debilitó involuntariamente, y accedió a reunirse con él.

Después de colgar, fue a contarle el asunto a Jin Fengchen.

"No tienes que ir; yo iré a hablar con él en tu lugar". Jin Fengchen no quería que ella se involucrara más con la Familia Su y esperaba que el incidente con Su Qingyin fuera mera agua pasada.

"Ya que he aceptado, ¿cómo no voy a aparecer? No te preocupes, estaré bien".

Jiang Sese no quería ser alguien que no pudiera cumplir sus promesas.

Además, el Sr. Su no se atrevería a hacerle nada.

Jin Fengchen guardó silencio durante un largo rato. Luego, sin tranquilizarse lo más mínimo, le indicó: "Si pasa algo, llámame".

"Lo sé".

...

Jiang Sese llegó al café donde había prometido encontrarse con el Sr. Su. En cuanto puso un pie en el local, vio inmediatamente al Sr. Su sentado en un rincón.

Él también se dio cuenta de su presencia y se puso de pie, con los ojos fijos en ella mientras se dirigía hacia él.

Jiang Sese se acercó a él y asintió suavemente. "Hola".

"Toma asiento". El Sr. Su extendió un brazo para indicarle que se sentara.

Una vez que Jiang Sese se sentó, le preguntó sin rodeos: "Tío, ¿por qué ha pedido reunirse?".

El Sr. Su no respondió a su pregunta. En su lugar, preguntó: "¿Quieres algo de beber?”.

Jiang Sese frunció un poco el ceño, pero respondió, no obstante. "Agua está bien".

El Sr. Su hizo un gesto para que el camarero le sirviera un vaso de agua.

Solo después de eso abordó oficialmente el punto de la reunión. "Señorita Jiang, gracias por haber accedido a reunirse conmigo".

"Tío, vamos a saltarnos las cortesías. Siéntase libre de ser directo".

Tal vez porque estaba sorprendido por la actitud fría de Jiang Sese, el Sr. Su se quedó callado. Un buen rato después volvió a hablar. "Señorita Jiang, ¿puede decirle a Fengchen que deje libre a Qingyin y a la Familia Su?".

Cuando había aceptado la reunión, Jiang Sese ya se había preparado mentalmente para esto. Sabía que se había puesto en contacto con ella por el incidente de Su Qingyin.

Pero no esperaba que fuera tan directo.

Jiang Sese se rio, con una pizca de burla. "Tío, la Srta. Su no solo cometió un error, sino un crimen. ¿Cómo puedo dejarla libre solo porque tú lo has pedido?".

"Sé que Qingyin realmente se pasó de la raya, y que merece cumplir condena en la cárcel durante unos años por ello, pero...".

El Sr. Su cambió el tema de discusión y continuó: "No es una mala persona; solo hizo algo malo por un momento de confusión. Espero que pueda darle la oportunidad de pasar página, Señorita Jiang".

"Ella me hizo perder a mi hijo, y es la razón por la que Fengyao sigue en el hospital ahora. ¿Realmente intentas usar una excusa como ‘un momento de confusión’ para borrar todas sus fechorías?".

La expresión de Jiang Sese era oscura mientras miraba al Sr. Su, con la mirada helada.

Ella podía entender los sentimientos del Sr. Su, pero no podía aceptar su razón para absolver a Su Qingyin.

"Lo siento". El Sr. Su se disculpó sinceramente. "Como padre de Qingyin, mi opinión tiende a ser más subjetiva. Por favor, perdóneme, Srta. Jiang".

Jiang Sese hizo una mueca. "Ciertamente es muy subjetivo. Usted es el padre de la Srta. Su, así que es excusable, pero ¿ha considerado alguna vez que decir algo así es otro insulto emocional para una víctima como yo?".

En ese momento, apretó los labios y se levantó. "Parece que no hay mucho más que decir".

Jiang Sese inhaló bruscamente. "Bien. Si quieres arrodillarte, haz lo que quieras".

Le lanzó otra mirada gélida antes de darse la vuelta y salir por la puerta, dando grandes pasos a la vez.

Y pensar que había creído que el padre de Su Qingyin era una persona lógica; en realidad era completamente irracional.

Sin embargo, envidiaba un poco a Su Qingyin.

El Sr. Su estaba dispuesto a arrodillarse por ella. Eso mostraba claramente cuánto valoraba y amaba a su hija.

En comparación, ¿podría alguien como Jiang Zhen ser considerado un padre?

Jiang Sese había llegado a la puerta y estaba a punto de empujarla para abrirla y salir cuando una voz sorprendida la llamó de repente desde atrás. "¡Rápido! Alguien se ha desmayado".

Sorprendida, se dio la vuelta para mirar, solo para ver al Sr. Su desplomado en el suelo.

...

El Sr. Su fue enviado al hospital para una reanimación de emergencia.

Jiang Sese se sentó fuera de la sala de urgencias, con la cabeza baja y las manos juntas en señal de ansiedad. Murmuró en voz baja: "Estará bien, estará bien...".

En el momento en que Jin Fengchen recibió la llamada, no le importó la reunión en la que estaba y se dirigió inmediatamente al hospital en coche. Incluso se saltó un semáforo en rojo por el camino.

Corrió hacia la sala de urgencias. Desde lejos, ya pudo ver a Jiang Sese, que estaba sentada en un banco largo y no pudo evitar acelerar el paso.

"Sese".

Su voz familiar sonó junto a su oído. Jiang Sese giró lentamente la cabeza y una figura alta y familiar entró en su campo de visión.

Al instante, pudo sentir que empezaba a atragantarse mientras sus lágrimas corrían por su rostro. "Fengchen...".

Jin Fengchen la envolvió en sus brazos en un acto rápido y la tranquilizó con ternura: "No tengas miedo, estoy aquí".

Jiang Sese enterró su rostro en su abrazo, y todos sus temores se manifestaron en forma de lágrimas que brotaban de sus ojos.

Cuando vio al Sr. Su inmóvil en el suelo, el terror se extendió primero lentamente por su corazón y luego por sus cuatro extremidades, dejando todo su cuerpo helado.