Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 343

Jiang Sese no lo rechazó. Su cuerpo se sintió flácido y se inclinó hacia los brazos de él, luego levantó la cabeza y respondió al beso de él con movimientos torpes.

Al notar su movimiento, Jin Fengchen se excitó más y profundizó el beso. Su lengua se introdujo en la boca de Jiang Sese e hizo allí lo que quiso. Era como si quisiera comérsela entera. La temperatura de la habitación parecía aumentar hasta el punto de poder encender una cerilla en ella.

Parecía que las cosas se estaban saliendo de control cuando la voz de Xiaobao sonó desde el baño.

"¡He terminado!".

Ambos adultos se pusieron rígidos. Jiang Sese fue la primera en reaccionar y empujó a Jin Fengchen.

La pasión seguía en los ojos de Jin Fengchen, pero su rostro mostraba una expresión de resignación. Le echó una mirada larga a Jiang Sese con sus ojos melancólicos, y luego respiró profundamente para sofocar el sentimiento de inquietud que tenía en su interior.

Xiaobao salió con su pequeña túnica, y gritó sorprendido: "Mami, tienes la cara muy roja. Y tus labios también".

Después de eso, incluso se acercó a mirar.

Jiang Sese quería que el suelo se abriera para poder esconderse en él. Prácticamente salía humo de su cabeza. "Es que hace mucho calor".

Se puso en pie y recogió su ropa mientras murmuraba: "Ahora me voy a duchar".

El padre y el hijo observaron cómo ella huía de la escena como un conejo asustado. Luego, con un clic, la puerta del baño se cerró con llave.

Xiaobao observó la expresión de calma en el rostro de su padre, se dio la vuelta y habló como si fuera un adulto. "Papi, estabas molestando a mami de nuevo".

La mirada de su rostro era malvada e inteligente: era como si pudiera ver a través de todo.

En los ojos de Jin Fengchen había un atisbo de una sonrisa.

El corazón de Jiang Sese seguía acelerado incluso después de estar en el baño. Quería enterrar su cara en las palmas de las manos cada vez que pensaba en la pregunta que Xiaobao acababa de hacer.

"Oh, cielos. Xiaobao estaba en ese momento en el baño. ¿¡Qué hemos hecho!?".

Por suerte, Xiaobao era todavía demasiado joven para entenderlo, de lo contrario, Jiang Sese habría perdido realmente la cabeza.

Jiang Sese solo volvió a salir después de pasar media hora en el baño.

Después de que Jing Fengchen saliera de su ducha, ella ya se había vestido y a Xiaobao. Xiaobao llevaba una camiseta blanca con unos pantalones cortos beige y sandalias.

Jiang Sese, por su parte, se había puesto un vestido verde de largo medio. Se había secado el pelo y lo había recogido en un moño, lo que le daba un aspecto juguetón y encantador.

La familia de los tres bajó a comer después de vestirse.

Xiaobao iba en el centro con su mami y su papi a cada lado. Estaba tan contento que no podía dejar de sonreír.

Los tres comieron en el restaurante de la planta baja. Todos estaban hambrientos después de pasar la mañana jugando fuera, y nadie habló durante la comida; todos se concentraron en su comida.

Jiang Sese seguía comiendo cuando sintió que una mano se acercaba, lo que la desconcertó.

"Listo. Tenías un poco de salsa en la cara". Un dedo le limpió la comisura de la boca.

"Cierto". Involuntariamente, Jiang Sese volvió a sonrojarse.

Xiaobao soltó una risita, levantó la cabeza y dijo: "Papá, yo también tengo salsa en la boca".

Jin Fengchen tomó una servilleta sin prisas y limpió la boca del niño.

Después de comer, los tres dieron un paseo en bicicleta por la isla. Jiang Sese no sabía qué opinaba Jin Fengchen de este viaje, pero ella misma estaba muy contenta, pues no le gustaba tener la agenda llena. Le gustaba lo que estaban haciendo en ese momento.

Andaban sin rumbo y giraban cuando les apetecía.

Pasaron por delante de unas vistas estupendas. Xiaobao iba en el asiento trasero de la bicicleta de Jiang Sese y estaba tan contento que no paraba de gritar de emoción.

La vista del océano era diferente en ese lugar de lo que veían cuando estaban en el agua.

Jin Fengchen los siguió a toda prisa; sin embargo, oyó el grito de sorpresa de Jiang Sese antes de que pudiera alcanzarlos. Alarmado, pedaleó más rápido.

"¡Fengchen, ven aquí! ¡Hay alguien tirado aquí!". Jiang Sese le hizo un gesto a Jin Fengchen.

Al ver que tanto ella como Xiaobao estaban bien, Jin Fengchen se sintió aliviado.

Detuvo la bicicleta, se acercó a ellos y vio a una mujer tirada en el suelo. Tenía una herida del tamaño de una taza en la frente y la sangre ya se había secado.

Probablemente se había herido por accidente y se había desmayado porque estaba demasiado débil para pedir ayuda.

"La herida parece bastante grave. ¿Qué debemos hacer?". Por la costumbre, Jiang Sese se dirigió a Jin Fengchen en busca de ayuda.

No tenía ninguna experiencia en estas cosas y sintió pánico al encontrar a una persona tirada así.

Jin Fengchen echó un vistazo, movió la mano para comprobar la respiración de la mujer y dijo con calma: "No te preocupes. Solo se ha desmayado".

"¿La llevamos a un hospital?". Temiendo que Xiaobao pudiera haberse asustado, Jiang Sese lo había estado sujetando todo este tiempo.

Jin Fengchen negó con la cabeza. "No será necesario. Buscaré una ambulancia y dejaré que se ocupen de ella".

Estaban en un país extranjero y la mujer era una desconocida. Si esto se complicaba, podrían verse envueltos en muchos problemas. Jing Fengchen no quería tener nada que ver con eso.

Encontraron a un empleado cercano y le contaron la situación. El hombre llamó enseguida a una ambulancia.

Después de subir a la mujer a la ambulancia, un hombre que parecía estar a cargo se acercó a ellos y les hizo algunas preguntas en inglés. Jin Fengchen les explicó brevemente lo sucedido.

"Ya estaba tirada cuando mi mujer la encontró. En cuanto a lo que le ocurrió o por qué estaba aquí, no tenemos ni idea".

"Muy bien, señor. Ya veo. Estamos obligados a anotar su información. No tendrá ningún problema con eso, ¿verdad?".

Jin Fengchen sabía que no podía objetar, pues eran ellos los que habían encontrado a la mujer y habían pedido una ambulancia. Así que le dijo al hombre sus nombres y el hotel en el que se alojaban. Los tres se marcharon inmediatamente después sin quedarse atrás.