Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 482

Resumo de Capítulo 482 El colapso de la imagen de Jin Fengchen: Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma

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Después de salir del estudio, la expresión en el rostro de Shen Shulan cambió inmediatamente y la frialdad llenó sus ojos.

Las cosas que había dicho a Jiang Zhen esta noche la hacían sentir enferma. "Ese viejo idiota realmente pensó que me arrepentiría".

"Que se joda". ¿Creía él que ella no había visto la foto que tenía las palabras "Bebé de seis meses" escritas en negrita en el reverso sobre la mesa? Esa era la foto de Jiang Sese, y ella la había visto una vez anteriormente. Las palabras del reverso habían sido escritas por la propia mano de Jiang Zhen. "Parece que este viejo tonto está realmente arrepentido".

Shen Shulan se rio fríamente. "¡Jiang Sese, mereces la muerte!".

Mientras tanto, Jiang Nuannuan fue callada por Zifeng. Aunque sentía odio en su corazón, sabía que no sería capaz de escapar. No luchó inútilmente y solo trató de mantener la calma.

Pero no había estado ociosa. Zifeng no la había restringido completamente. Todavía podía utilizar algunos métodos para enterarse de lo que ocurría en su casa.

Su odio hacia Jiang Sese nunca disminuyó.

En la casa de los Jin.

La noticia del embarazo de Jiang Sese alegró a la familia Jin durante mucho tiempo. Lo que siguió fue la ansiedad.

Especialmente para la Señora Jin. Llevaba mucho tiempo esperando a este niño y deseaba poder vigilar a Jiang Sese cada momento de cada día, pues estaba aterrorizada de que tuviera un accidente. Incluso cuando Jiang Sese se duchaba, quería hacer guardia fuera. Jiang Sese no sabía si reír o llorar.

"¿Por qué está mamá tan nerviosa? Me está poniendo nerviosa a mí también", le dijo en secreto Jiang Sese a Jin Fengchen.

Jin Fengchen la metió en sus brazos y le dio un beso en la frente. Acariciándole la nuca, él le dijo suavemente: "Lleva mucho tiempo esperando esto. Sé comprensiva, ¿sí?".

Jiang Sese sonrió. "No pretendo culparla. Es solo que está trabajando mucho".

"Entonces hablaré con ella". Jin Fengchen se dio la vuelta para ir a buscar a la Señora Jin.

"No se te permite ir". Jiang Sese se apresuró a detenerlo. Su movimiento fue demasiado grande y Jin Fengchen se apresuró a volver asustado; no se atrevía a causar más problemas.

Jiang Sese se sintió muy feliz en su corazón. Sentía que ese niño en su vientre era su mejor arma. "Mira a Jin Fengchen, mira lo obediente que es".

Jiang Sese estaba muy emocionada y no tenía nada de sueño. Ella tiró de Jin Fengchen y siguió charlando. Jin Fengchen cooperaba escuchando atentamente y de vez en cuando hacía un ruido para mostrar que concordaba. Era muy paciente.

Al final, Jiang Sese no pudo continuar. Mientras hablaba, su voz se detuvo. Jin Fengchen se volteó para mirar y vio que ella ya había cerrado los ojos y estaba dormida.

Él no pudo contener una sonrisa al ver esto y la colocó suavemente en una posición más cómoda. Su mirada se posó descuidadamente en el abdomen de ella y no pudo resistirse a poner la mano sobre él. Su vientre seguía siendo plano. Era difícil imaginar que su hijo ya estaba creciendo ahí dentro.

No era la primera vez que Jin Fengchen era padre, pero esto no afectó en absoluto a su emoción. Él era una persona fría por naturaleza y no mostraba muchas emociones. Por fuera parecía frío y tranquilo, pero por dentro, su emoción no era menor que la de otras personas.

"Buenas noches, bebé". Jin Fengchen plantó un suave beso contra el vientre plano de Jiang Sese, saludando al niño que llevaba dentro. Luego le dio a Jiang Sese un beso de buenas noches antes de apagar las luces y abrazar a Jiang Sese mientras se dormía.

Al día siguiente, Jiang Sese se despertó con Jin Fengchen. Después de asearse, bajó a desayunar. Durante este tiempo, la Señora Jin hizo un plan para el día, como decidir a qué tienda de bebés ir, o qué música fetal era la mejor. Cuanto más hablaba, más emocionada se ponía, y llegó al punto en que no pudo contenerse.

Jiang Sese sintió que algo andaba mal. Todavía no era el fin de semana. Tenía que ir a trabajar y no podía salir.

"Mamá, hoy no puedo ir. Vayamos otro día".

La Señora Jin se tensó inmediatamente. "¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? ¿Quieres ir al hospital para que los médicos te echen un vistazo?".

La Señora Jin abrió la boca, pero antes de que pudiera hablar, Jiang Sese añadió: "Mamá, eres la mejor. Cuando me sienta cansada, volveré. Me comportaré sin necesidad de que digas algo".

Su sonrisa era más dulce que la miel. La Señora Jin no tuvo más remedio y solo pudo aceptar. La Señora Jin se tamborileó la frente con un dedo y dijo: "Traviesa".

Así, Jiang Sese se ganó la oportunidad de ir a trabajar.

Sentía que no había cambiado mucho con su embarazo. Si no pensaba en ello, ni siquiera recordaba que había un trozo de carne extra en su vientre.

Tenía la idea errónea de que las personas que estaban a su lado se habían adaptado a su nuevo papel más rápido que ella.

Como la Señora Jin y Jin Fengchen.

El coche llegó a la puerta principal del edificio del Grupo Jin. Jin Fengchen bajó primero y abrió la puerta del coche, extendió una mano y ayudó a una joven y gentil chica a salir del coche. Él observó cuidadosamente los pasos de ella, pues le aterrorizaba la posibilidad de que ella se cayera accidentalmente.

El personal del Grupo Jin que vio esta escena sintió una mezcla de emociones. ¿Quién iba a pensar que su presidente Jin, de aspecto glacial, iba a tener una faceta así?

Jin Fengchen tenía el brazo alrededor de Jiang Sese mientras entraban en su ascensor personal para dirigirse directamente a la última planta. Las puertas del ascensor cerraron las miradas envidiosas del exterior.

Un espectáculo así se repetía todos los días en el edificio del Grupo Jin. El personal no se cansaba de verlo.

Naturalmente, el tema más candente en el edificio del Grupo Jin era el embarazo de la esposa del Presidente. En grupos privados, el asunto se discutía acaloradamente. Casi todas las personas podían decir algo que destruyera la “imagen” de Jin Fengchen.

Al final, la conclusión consensuada fue que la mujer del Presidente debía haber salvado el universo.

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