Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 740

Una leve sonrisa se dibujó en el rostro de Catalina mientras observaba la mirada inquisitiva de Fu Jingyun.

Al oír esto, Fu Jingyun la miró con desconfianza.

Esta mujer había dicho anteriormente que el patógeno dañaría a Jiang Sese, pero ahora decía que el efecto era mínimo.

Él realmente no sabía qué creer.

Sin embargo, no importaba lo que ella dijera, la seguridad de Jiang Sese era la principal preocupación de Fu Jingyun.

Recordando la cara pálida de Jiang Sese aquella mañana, Fu Jingyun se sintió enfadado.

Su respuesta fue también un poco más dura. "Más vale que lo que digas sea cierto. ¡Si le pasa algo, te haré pagar el doble!".

Su expresión era sombría e insatisfecha. Sus ojos miraban hoscamente a Catalina.

Cuanto más molesta era su mirada, más satisfecha estaba Catalina.

Los corazones encaprichados eran los más fáciles de controlar.

Catalina levantó ligeramente las cejas y le dirigió al hombre una mirada algo misteriosa. Sus labios glamorosos se curvaron ligeramente mientras decía: "Por supuesto que es verdad. Somos compañeros, así que la confianza en el otro debe ser algo natural".

Las venas azules se abultaron en la frente de Fu Jingyun mientras señalaba ferozmente a Catalina. "Será mejor que te asegures de que lo que dices es cierto. Si Sese resulta herida, aunque sea mínimamente, ¡haré que desees estar muerta!".

Sin duda, todo esto era el resultado del descuido de él. De lo contrario, las cosas no habrían salido así.

"No te preocupes, no pasará nada".

Catalina sabía que si lo presionaba de verdad, no había forma de saber lo que este hombre sería capaz.

No valía la pena la posibilidad de que él desbaratara su plan en el último momento.

"Recuerda lo que dijiste". Fu Jingyun miró a Catalina de forma sombría y luego se alejó.

Catalina se quedó mirando a la espalda del hombre con una expresión intrigada en su rostro.

El espectáculo estaba a punto de comenzar, y ninguno de ellos podía escapar.

Mientras tanto en la casa, Jiang Sese no sabía por qué no podía dejar de sentirse deprimida. Sentía como si alguien le estuviera apretando el corazón.

No había mejorado ni siquiera después de mucho tiempo, y sentía como si sus miembros se estuvieran debilitando poco a poco.

Sin embargo, para evitar que la Señora Fu la descubriera y se preocupara, Jiang Sese estaba en la cocina ayudándola en lo que pudiera.

La Señora Fu se dio cuenta del mal aspecto de Jiang Sese y, naturalmente, preparó una comida más sabrosa.

"Sese, tienes que comer más. Has perdido mucho peso estos días. No deberías descuidar tu salud".

Cuando empezaron a comer, la Señora Fu puso un muslo de pollo en el cuenco de Jiang Sese.

"Gracias", dijo Jiang Sese con una sonrisa.

Sin embargo, ante la pregunta de la Señora Fu, Jiang Sese no tuvo respuesta.

La Señora Fu miró fijamente a Jiang Sese, quien tenía un aspecto muy afligido.

La Señora Fu luego continuó diciendo: "No vayas a ninguna parte este fin de semana. Les haré a ti y a Tiantian buenas comidas y las cuidaré bien. Si otros te ven, podrían pensar que la familia Fu está maltratando a su nuera".

Ella nunca se imaginó esto. A pesar de la presión que enfrentaba, Jin Fengchen fingió estar calmado e incluso le dijo que todo estaría bien.

Jiang Sese no pudo evitar sentir una oleada de angustia.

Siempre soportaba la carga por sí mismo.

De repente se oyó un ruido en la puerta. La mujer se volteó y dirigió su mirada hacia la fuente del sonido y se dio cuenta de que Tiantian había estado allí de pie por quien sabe cuanto tiempo.

Sin embargo, la niña parecía tener miedo de molestarla, así que se quedó allí con su muñeca sin decir nada.

Supuso que la Señora Fu debía haberle indicado que no la molestara. Jiang Sese sintió calor y le hizo una seña a Tiantian.

Tiantian se encontró con la mirada de Jiang Sese y se acercó a su madre usando sus piernas rechonchas.

Al ver el delicado rostro de la niña, el corazón de Jiang Sese se derritió y recuperó inmediatamente su energía. La mujer ya no estaba tan apática como antes.

Además, no quería que Tiantian viera su lado lánguido.

Jiang Sese dejó de lado su tristeza. Ella se animó y le sonrió a Tiantian: "¿Qué pasa, cariño?".

Tiantian se sentó en el regazo de Jiang Sese, señaló la pantalla y preguntó: "¿Qué estás mirando, mami?".

Al oír esto, Jiang Sese permaneció en silencio y miró la computadora que tenía delante.

En la pantalla aparecía una foto de perfil de Jin Fengchen que había tomado un periodista. Cada línea del rostro del hombre era delicada y perfecta.

Debajo de la foto estaba la noticia sobre el fin de la colaboración.