Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 839

Tras muchos preparativos, llegó el día del cumpleaños de la Señora Jin.

El salón de banquetes de la mansión Jin estaba elegantemente decorado. La decoración tenía un aspecto extremadamente lujoso. Cada detalle era exquisito.

A partir de las cuatro de la tarde, los invitados fueron llegando poco a poco.

Los coches se detenían en la puerta de la casa Jin uno tras otro, convirtiendo la fachada de la casa en un espectáculo de coches de lujo.

Las mujeres vestidas glamorosamente y las celebridades del mundo de los negocios bajaron de sus coches.

Los periodistas que esperaban afuera disparaban sus cámaras.

Lo que realmente querían fotografiar era a los miembros de la familia Jin, pero, por desgracia, no podían entrar en el recinto de la mansión Jin.

Sin embargo, la espera de todo el día no fue en vano, ya que pudieron fotografiar a los invitados.

Cualquiera que recibiera una invitación de la familia Jin era alguien de alto nivel social.

El hecho era que muchos en el público tenían sus ojos puestos en este banquete y se empeñaban en formar parte de él.

Aunque no pudieran establecer una relación directa con la familia Jin, incluso codearse con otras familias asociadas a ella era más que suficiente.

Inesperadamente, decidieron celebrar el banquete en su casa, donde el acceso era mucho más restringido que en un hotel. A no ser que uno estuviera muy bien relacionado, no podía ni siquiera esperar entrar.

Las personas que acudieron al banquete trajeron sus invitaciones y entraron en la sala con elegancia.

En la sala del banquete, la Señora Jin estaba rodeada por un grupo de señoras que charlaban y reían.

Aunque era su cumpleaños cincuenta, todavía parecía muy joven.

“Señora Jin, su vestido es increíble. ¿Podría decirme quién lo diseñó? A mí también me gustaría que me diseñaran uno a la medida”, preguntó con una sonrisa una señora de clase alta.

La Señora Jin sonrió: “Es un regalo de mi primera nuera. Se lo preguntaré de su parte”.

“Eso sería fantástico”.

“Señora Jin, este brazalete suyo es muy exquisito, me encanta”, sonrió otra señora.

La Señora Jin volvió a sonreír: “Me lo ha comprado mi segunda nuera”.

Las damas sintieron envidia y alabaron a la Señora Jin por ser tan dichosa.

Sus dos hijos destacaban en el mundo de los negocios, y sus nueras también eran cariñosas y filiales. La vida la trataba muy bien.

La Señora Jin sonreía de oreja a oreja.

Sus hijos, nueras y nietos eran los mejores. No los cambiaría por nada del mundo.

En ese momento, Song Qingwan y Jiang Sese se cogieron de la mano y bajaron lentamente las escaleras.

Cuando las dos aparecieron, toda la sala de banquetes se quedó en silencio por un momento.

Los invitados estaban hipnotizados mientras sus miradas se fijaban en ellas.

Tiantian también se acercó desde un lado y tomó la mano de Jiang Sese. Por primera vez, había muchos ojos sobre ella. Tiantian extendió sus manos para abrazarla con un poco de timidez.

Jiang Sese la levantó. Tiantian puso sus brazos alrededor del cuello de su Mami y susurró: “Mami, hay mucha gente aquí hoy”.

Jiang Sese sonrió y la consoló: “¿Te sientes tímida? A todo el mundo le gusta que estés tan linda hoy”.

Al oír que era linda, los ojos de la niña se iluminaron de repente y se olvidó de lo tímida que era.

La Señora Jin cogió felizmente a Tiantian de los brazos de Jiang Sese y le presentó: “Esta es mi nieta”.

Con su mano libre, acercó a Xiaobao: “Y este es mi nieto mayor”.

Los dos niños eran muy educados y saludaron gentilmente a los invitados de alrededor.

A las varias señoras mayores les encantó y se rieron cariñosamente de los dos muñequitos bien portados.

Mirando a Sese y Qingwan junto a los dos niños, alguien preguntó: “Y estas dos son…”.

Ya tenían una buena idea de quiénes eran, pero solo esperaban la confirmación.

La sonrisa de la Señora Jin no cambió mientras los presentaba: “Esta es mi primera nuera; esta es mi segunda nuera”.

Uno de ellos se fijó en la barriga de Song Qingwan y dijo: “La Señora Jin está realmente bendecida. La Joven Señora debe estar ya embarazada de varios meses”.

La Señora Jin exclamó con orgullo: “El bebé debe llegar dentro de unos meses. Están todos invitados a la fiesta de la luna llena cuando llegue el momento”.

“Por supuesto”.

Al oír lo que dijo la Señora Jin, algunas de las jóvenes se sintieron muy celosas.

Tenían un entorno familiar tan maravilloso, con una suegra así, y, lo más importante, tenían unos maridos tan buenos.

Estas dos personas debían haber salvado el universo en sus vidas pasadas.

Además, los dos hermanos de la familia Jin eran conocidos por consentir a sus esposas.

Ahhh, ¿por qué no podían tener la misma suerte de conocer a tales hombres?