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El Viejo Fang respondió con una risa. Luego le dijo a Fang Yuchen: “Ah Chen, lleva a Sese y a Fengchen para que recorran la casa. Terminaré pronto”.
Jiang Sese y Fang Yuchen asintieron en respuesta.
Los dos niños se despidieron del Viejo Fang a la señal de Jin Fengchen.
Luego salieron del jardín y Fang Yuchen se preparó para llevarlos a recorrer la casa.
Fang Yuchen guió a Jiang Sese y a su familia por la casa.
La antigua residencia de los Fang se llamaba mansión, pero tenía los rasgos de una vieja casa con un patio real.
Se respiraba un aire de simple antigüedad por todas partes.
“La vieja residencia Fang podr[ia llamarse una casa antigua. Su valor es considerable, y el Tío Mayor y el Tío Segundo lo saben. Si no fuera por las constantes objeciones del Abuelo, que consideraba este lugar como su hogar y el de la Abuela, probablemente lo habrían vendido”.
Mientras miraban a su alrededor, Fang Yuchen explicó la situación a Jiang Sese.
Su voz estaba llena de desaprobación.
La salud del Abuelo seguía siendo buena, y el Tío Mayor y el Tío Segundo ya estaban peleando impacientemente por la herencia.
Solo tenían ganancias en sus ojos. No era de extrañar que al Abuelo no los quisiera.
Fang Yuchen llevó a Jiang Sese y a los demás por la residencia. Pasaron por los pasillos antes de volver al salón principal.
Tiantian lloriqueó pidiendo jugo de frutas en cuanto se sentó.
Fang Yuchen la mimó, e inmediatamente fue a la cocina a buscar dos vasos de jugo de fresa.
Un vaso era para Tiantian y el otro para Xiaobao.
Jiang Sese estaba pensando en el jardín de hace un rato. No pudo evitar vocalizar la curiosidad de su corazón: “Yuchen, ¿dónde está la Abuela?”.
Por lo que Fang Yuchen había dicho antes, el Abuelo y la Abuela compartían una intensa relación.
Sin embargo, a pesar de llevar tanto tiempo en esta vieja casa, no había conocido a su abuela.
Al escuchar la pregunta de Jiang Sese, los ojos de Fang Yuchen se apagaron. Parecía estar envuelto en la tristeza.
Al ver el aspecto de su hijo, Shang Ying suspiró suavemente y respondió por él: “Tu abuela falleció hace unos años. Cuando estaba aquí, era la que más quería a tu madre. Antes de fallecer, todavía suspiraba por Xueman”.
El tema se volvió solemne de repente, y el aire se volvió frío.
“La Abuela me quería mucho cuando estaba viva. Quería encontrar a la Tía Xueman, pero...”.
Fang Yuchen suspiró fuertemente ante eso. Sus ojos brillaban con agua.
Jiang Sese se mordió ligeramente el labio. Se sentía arrepentida por Fang Xueman.
Cuando ciertos eventos ya habían ocurrido, no importaba lo que dijeras, todo era inútil.
Podía compadecerse ahora que tenía dos hijos propios.
Como madre, estar separada de su amada hija durante tantos años y no poder verla antes de fallecer.
Jiang Sese comprendía perfectamente los sentimientos de su abuela y lo triste que debi[o estar.
“Mamá no era responsable en ese entonces”. Jiang Sese abrió la boca y dijo débilmente.
Ella sabía muy bien que como hija, las acciones de su madre eran poco filiales.
“Para ser honesta, no fue completamente su culpa... Si el abuelo no hubiera sido tan terco entonces, tu madre no se habría escapado de casa...”.
Shang Ying consoló suavemente a Jiang Sese.
Jiang Sese sonrió amargamente, sin poder decir nada para sacar a su madre de esta situación.
Jin Fengchen no dijo nada. Simplemente alargó la mano para agarrar su pequeño cuerpo entre sus brazos.
“Tío, Tía, Yuchen, ¿pueden llevarme a ver a la Abuela?”. Un rato después, Jiang Sese levantó la cabeza para mirar a Fang Yuchen. Lo pidió con ojos llenos de esperanza.
Ya que su madre no pudo volver a tiempo en aquel entonces, debería quemar algo de incienso para su abuela en nombre de su madre. Ella cumpliría con los deberes filiales de su madre en su nombre.
Fang Teng y Shang Ying se conmovieron al escuchar esto. Sintieron que Jiang Sese era muy cariñosa.
Fang Teng asintió solemnemente. “Sese, eres realmente madura. Te llevaré a la sala ancestral”.
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