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En el Grupo Fang.
Había un alboroto en la espaciosa sala de reuniones. La cara de casi todas las personas tenía la palabra ‘ira’ escrita en ella.
Se hizo el silencio en cuanto entraron Fang Yuchen y el Amo Yang.
El Amo Yang observó a los que estaban sentados, antes de dar una palmadita en el hombro a Fang Yuchen y dirigirse a su propio asiento.
Fang Yuchen sabía que se enfrentaba a una dura batalla al ver las caras disgustadas de los otros directores.
Respiró hondo y caminó hacia delante. Acababa de acercarse a su silla y tomar asiento cuando se encontró con la pregunta de alguien.
“Yuchen, ¿por qué no nos avisaste del incendio? ¿No deberías habernos dado explicaciones?”.
Fang Yuchen apretó el puño antes de soltarlo. Miró a la persona con una expresión neutral. “Estaba ocupado investigando y no tuve tiempo de informarles. No trataba de ocultárselo”.
“¿Dices entonces que te estamos acusando falsamente?”. La persona estaba obviamente incrédula ante la explicación de Fang Yuchen.
“Les digo la verdad. Si no me creen, no hay nada que pueda hacer al respecto”.
Fang Yuchen no quiso discutir con él sobre la cuestión.
La persona se enfureció ante la actitud de Fang Yuchen, e inmediatamente exclamó: “¿Sabes cuánto tiempo he estado con tu abuelo? ¿Cómo te atreves a hablarme con ese tono?”.
“¡Suficiente!”. El Amo Yang bramó. Miró con frialdad al hombre. “¿Qué edad tienes, no puedes mantener la calma? Aunque estés enfadado, tienes que escuchar bien lo que tiene que decir”.
El Amo Yang era el más viejo de la sala. Aunque el resto no respetara a Fang Yuchen, debían respetarlo a él.
El hombre controló su enfado, pero aún así dijo con disgusto a Fang Yuchen: “Bien. Escucharé lo que tienes que decir”.
Fang Yuchen lanzó una mirada de agradecimiento al Amo Yang. Éste le hizo un ligero gesto con la cabeza, indicándole que hablara con valentía.
Fang Yuchen pensó por un momento, antes de comenzar lentamente. “Según las investigaciones de la policía, este incendio ha sido provocado por una colilla de cigarrillo. Como el almacén está lleno de hierbas secas, así como el clima seco, el almacén fue destruido casi completamente por el fuego”.
Nada más pronunciar esas palabras, todos los directores se miraron entre sí, incapaces de aceptar la noticia.
“¿No vienen todos nuestros almacenes equipados con un sistema de supresión de incendios, por qué los daños fueron tan graves?”, preguntó alguien.
Fang Yuchen lo miró y respondió con sinceridad. “La conclusión a la que llegó la policía fue que el incendio era demasiado grande. El sistema de supresión de incendios no pudo funcionar correctamente”.
“¿Qué empleado estaba fumando?”, preguntó el Amo Yang.
“Li Peng, del departamento de abastecimiento”.
Honestamente, los directores no sabían de quién hablaba Fang Yuchen.
“¿Dónde está? ¿Qué dijo?”. Amo Yang preguntó de nuevo.
Fang Yuchen no trató de ocultar nada, y respondió honestamente. “Está en el hospital ahora mismo”.
Esto provocó un clamor en el momento en que los presentes lo escucharon.
“¿Por qué está en el hospital?”.
“¿Fue herido por las llamas?”.
“Si esto se supiera sería muy perjudicial para el Grupo Fang”.
...
Todos comenzaron a discutir entre ellos, y Fang Yuchen no pudo evitar levantar la voz para interrumpirlos. “Todo el mundo, por favor, cálmense y escúchenme”.
Cuando todos se callaron, continuó. “Es posible que tenga una intoxicación alimentaria y tiene diarrea además de vómitos. No está herido”.
“Eso es lo que ha pasado”. Todos suspiraron aliviados.
Sin embargo, las siguientes palabras de Fang Yuchen les hicieron preocuparse de nuevo.
“Su estado es malo, puede perder la vida”.
Cuando el Amo Yang escuchó eso, su expresión cambió instantáneamente. “¿Cómo puede ser tan peligrosa una intoxicación alimentaria?”.
“Los médicos no pueden determinar completamente la causa de la enfermedad. Solo pueden mantenerlo con vida por ahora”. Cuando llegó al final, la voz de Fang Yuchen se suavizó.
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