Besando a mi esposo romance Capítulo 18

Resumo de Capítulo 18: Besando a mi esposo

Resumo do capítulo Capítulo 18 do livro Besando a mi esposo de Internet

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Scales estaba enfadado y su gélida voz representaba el viento invernal.

—¿Qué están haciendo?

Valen y Theo se quedaron petrificados. Sin embargo, era obvio que Theo iba a reaccionar más rápido. Extendió su mano a toda prisa y empujó a la chica, que se abalanzaba sobre él. Se levantó y luego dijo amablemente:

—Hermano.

Valen se volvió para mirarlo y le dijo:

—Cuñado...

—¡¿Qué están haciendo?! —pronunció cada palabra con paciencia en tono frío. Su rostro no mostraba expresión alguna.

Cuando Theo estaba a punto de explicarle, Valen dijo con pesar:

—¡Me estaba molestando, me impidió ver la televisión y me robó el control remoto!

Al escuchar esto, Theo sintió la necesidad de explicarse:

—¡Todo es un malentendido!

Los labios de Valen hicieron un puchero.

—Lo hiciste a propósito...

Theo no sabía si reír o llorar, así que dejó de hablar. En este momento Scales se dirigió a Valen:

—¿Cómo te atreves a ver la televisión? ¿Ya terminaste los deberes?

—Ya los hice... —asintió Valen y lo miró con timidez. Su expresión era tan delicada que era imposible regañarla.

Scales la fulminó con la mirada y luego miró a Theo. Antes de que pudiera hablar, Theo tomó la iniciativa.

—Hermano, estoy aquí para entregarte un plan. Ja, ja, por favor, echa un vistazo. —Luego, fingió tomar su maletín.

—Está bien —asintió Valen. Entonces, se sentó de nuevo en el sofá.

Después de un rato, Scales bajó de nuevo. Se había cambiado su traje por una ropa más cómoda, pero seguía sin expresión en su apuesto rostro. ¡Era tan frío como un cubo de hielo! Al escuchar sus pasos, Valen se volvió para mirarlo y arqueó las cejas.

—Cuñado, ¿ya cenó? —le preguntó con voz alegre. Estaba muy entusiasmada y no parecía importarle lo que había pasado antes; sí que era una chica ingenua.

Scales se detuvo y la miró.

—No me llames más cuñado —le dijo con voz calmada.

—¿Eh? —Valen se sorprendió, se levantó del sofá a toda prisa y se acercó a Scales—. Entonces, ¿cómo debo llamarlo?

Scales también se acercó y se sentó en el sofá.

—Llámame por mi nombre —dijo con tranquilidad.

—¿Cómo? —Valen se quedó atónita y lo miró fijo con sus grandes ojos.

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