Besando a mi esposo romance Capítulo 3

Inesperadamente, Scales vio un par de inocentes ojos negros, se quedó realmente asombrado con su belleza.

Nunca había esperado que la hija ilegítima de la familia Gu fuera tan joven e inocente.

Estaba un poco sorprendido. Sin embargo, lo que más le sorprendió fue su comportamiento.

Valen dijo: “¡Hola, cuñado!”.

Scales estaba atónito.

“¿Cómo me llamaste?”.

Valen lo miró y parpadeó con sus grandes ojos, luego, sonrió y dijo: “¡Cuñado!”

Scales permaneció en silencio.

El rostro de Valen era blanco como la porcelana.

Parecía un poco avergonzada y dijo tímidamente: “Lo siento, rompí tu plato…”.

Estaba atónito, por lo que no pudo decir ni una sola palabra.

Aunque había planeado casarse, ¡nunca pensó que sería con una menor de edad!

Scales estaba un poco molesto, por lo que inmediatamente se dio la vuelta y salió.

Tan pronto como llegó a la puerta, su mano grande fue atrapada por unas manos pequeñas y tiernas.

Valen parecía tener miedo. “Cuñado, ¿estás enojado?”.

Scales Lu respiró hondo y resistió el impulso de echarla.

Volteó a mirar a la chica y dijo con frialdad: “¿Quién te pidió que te casaras conmigo?”.

Valen Gu no pareció entender.

Abrió sus grandes ojos brillantes y lo miró sin comprender. “¿Qué dijiste?”.

Scales contuvo su ira.

“¿Cuantos años tienes?”.

Continuó preguntando.

Scales se burló y dijo con desdén: “No creas que es fácil entrar y salir de mi familia. Ya que tu hermana escapó del matrimonio, debes estar lista para afrontar todas las consecuencias”.

“¡No, mi hermana no escapó!”. Al escuchar esto, Valen Gu rápidamente explicó: “Tiene algo que hacer. La señora dijo que mientras yo finja ser mi hermana durante unos días, todos estaremos bien”.

“¿De Verdad?”.

Scale Lu parecía confundido. Sonrió con frialdad y habló: “¿Eso lo dijo la Sra. Gu?”.

Valen Gu lo miró y vaciló: “Cuñado, no te rías así. Da un poco de miedo…”.

Scales estaba un poco irritado.

La miró con ojos penetrantes. Sin embargo, la expresión de Valen denotaba verdadera inocencia.

Scales la examinó. De repente pensó en lo que dijo la secretaria. ¿Acaso esta chica realmente era estúpida? ¿Qué tan estúpida era?

“Cuñado, ¡tengo hambre!”, dijo Valen.

Scales volvió a la realidad y dijo impaciente “¡Sal de aquí y busca algo de comer!”.