Resumo de Capítulo 138 – Capítulo essencial de Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! por Internet
O capítulo Capítulo 138 é um dos momentos mais intensos da obra Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Arrepentimiento, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
David la llamó de pronto.
Viviana se dio la vuelta: —¿Jefe David, necesita algo más?
David la miró y señaló de inmediato su propia mejilla.
Viviana mantenía una sonrisa profesional impecable, aunque por dentro estaba algo confundida.
¿Qué quería decir?
¿Qué tenía en la mejilla David?
Al ver que ella no entendía, David le hizo una ligera seña con la mano.
Viviana obedeció y se acercó un poco.
Entonces, David se levantó con brusquedad de la silla. Su figura alta bloqueó toda la luz frente a ella, e incluso pareció adueñarse del aire a su alrededor, llenándolo con su presencia.
Una mano larga y de dedos finos se posó de pronto sobre la mejilla de Viviana.
La yema de sus dedos rozó su piel, provocándole un escalofrío intenso como si la hubiera atravesado una descarga eléctrica. Al instante desde la mejilla hasta el cuello, su piel se erizó.
—Tú... —abrió los ojos con sorpresa y retrocedió por instinto.
—Tienes la cara sucia.
La voz de David era profunda y suave. Le mostró el dedo: en su yema había un poco de polvo marrón de café.
Viviana no supo en ese momento qué decir.
Apretó los labios en una línea recta: —Gracias, pero la próxima vez puede decírmelo sin necesidad de tocarme.
David se sentó de nuevo: —Te lo advertí. Que seas torpe no es mi problema.
Viviana se quedó sin palabras.
¿Señalarse la mejilla contaba como advertencia?
¿Y por qué no le decía mejor eso a su padre y luego lo llamaba "viejo torpe"?
Salió del despacho del jefe refunfuñando en voz baja. Cuando llegó al baño a lavarse la cara, notó que la tenía tan roja como si se hubiera bebido varias botellas de vino.
¡Ese David era demasiado rencoroso!
Solo por haber enviado un mensaje equivocado que lo hizo pensar que se estaban burlando de él... ¿De verdad tenía que vengarse tantas veces hasta quedar satisfecho?
...
David se sentó con una actitud fría y distante.
Viviana se puso nerviosa al ver a Cipriano, temiendo enseguida que volviera a comportarse como un loco.
Cipriano la miraba fijamente, como si quisiera perforarla con la mirada. ¿Así que ya no disimulaba nada y mostraba de forma abierta su cercanía con David?
Los demás también le dirigieron miradas llenas de sutileza.
Viviana sabía a la perfección lo que estaban pensando.
Pero David ya le había enseñado: una persona recta no debía temer a los prejuicios del mundo exterior. Entonces que pensaran lo que quisieran.
Ella no podía permitir que David perdiera la dignidad.
Viviana y Samuel tomaron asiento.
Antes de entrar, Samuel ya le había advertido: ese jefe Baldomero tenía la costumbre de hacer beber a todo el mundo, así que tendrían que ayudar con sutileza a desviar los tragos.
—¡Rápido, sírvanle vino al jefe David! Llegó tarde, así que tiene que beber como castigo.
Como era previsible, Baldomero no tardó en poner en evidencia su ritual de mesa.
Su secretaria se levantó apresurada y llenó la copa de David.
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