Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 192

—Tienes muy poca energía,—Rosa hizo mala cara y murmuró, luego volvió a emocionarse,—esta es la llave para enviar a Susana a la cárcel.

Entusiasmada la abrió.

Viviana la miró detenidamente y sonrió,—el amuleto que le vendiste a la señora Esperanza tiene un micrófono espía.

Sabía que Rosa estaba de buen ánimo porque no había sido en vano.

—¿Cómo lo sabías...?

Rosa se sorprendió, pero enseguida se dio cuenta,—¿estuviste espiando a través de la pared?

Viviana la miró con admiración: —Tu poder es increíble, estoy completamente impresionada.

Rosa pensó en la escena de antes y no pudo evitar reír,—esa vieja bruja es muy astuta, si no lo hacía así, no me hubiera creído. Pero ya sabía que tal vez no podría sacarle nada, así que aproveché que ya había preparado el terreno en las veces anteriores y decidí venderle algo. Por eso metí un micrófono espía en el collar con el amuleto y se lo vendí, para que se lo llevara e hiciera que Susana lo usara.

—Yo no creo que, en privado, ellas no se suelten algo.

Viviana le dio un pulgar arriba.

Luego preguntó,—¿cómo descubriste lo que dijo señora Esperanza?

—Susana escapó dos veces seguidas, eso fue un desprecio a mi carrera. Una amiga psicóloga me dijo que una persona con una personalidad tan extremista y oscura como Susana no se formaba de la noche a la mañana, y sus métodos tampoco eran algo que se aprendieran de repente. Una chica normal, aunque haya sido consentida en casa y haya sido caprichosa, no sería capaz de cometer un crimen con esas tácticas tan maliciosas desde el primer intento.

—En ese momento, pensé, tal vez ella ya había hecho algo antes.

—Así que usé dos métodos infalibles, por una parte buscando al médico que le había dado el falso testimonio, y por otra parte investigando su pasado.

—Y fue entonces cuando descubrí que hace cinco años, ella fue interrogada por la policía en relación con la desaparición de un compañero de clase.

—En aquel momento, supe que había algo raro en todo esto. Investigando sobre ese chico, resultó ser un estudiante ejemplar, el mejor de su clase, guapo y de buena familia. Desapareció hace cinco años y nunca lo encontraron.

—¿Sabes por qué Susana fue interrogada? Porque el último que vio al chico fue ella.

A Viviana le recorrió un escalofrío por la espalda.

Al principio, podría parecer que la desaparición del chico no necesariamente tenía que ver con ella.

Pero con lo que dijo la señora Esperanza hoy... eso sí que se ponía aterrador, tanto al pensarlo con detalle como al considerarlo de forma general.