Resumo do capítulo Capítulo 223 de Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!
Neste capítulo de destaque do romance Arrepentimiento Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Viviana notó que su mirada se tornaba aún más aterradora.
Ese día su temperamento había sido terrible, ¿todo por un malentendido sobre una cita?
¡Qué exagerado era!
Caminó apresurada hacia la salida.
Decidida a no seguir causando daño a los demás.
David la siguió a paso lento, manteniendo una distancia prudente de tres o cuatro pasos, con una expresión seria y sombría... como si escoltara a un prisionero.
A un condenado a muerte, más bien.
Varios observaron cómo salieron del restaurante.
Ricardo, algo nervioso, se quedó sentado en la mesa del enfrente y le gritó a Rosa, que estaba comiendo carne: —¡Hermana, a dónde llevará a Vivianita? ¿Correrá peligro Vivianita? ¡Deberíamos rescatarla!
Samuel se preguntó con cierta curiosidad: ¿Cómo es que la llamaba hermana?
Rosa respondió: —No hace falta rescatarla, sigue comiendo tranquilo, los niños no deben meterse en asuntos de adultos.
Terminó de hablar y golpeó con fuerza la cabeza de Ricardo.
—¡Hermana!
—Deja de molestarme, ten cuidado o te golpearé. Vete allá, después ella querrá sentarse aquí.
—¡Eres una verdadera mujer desalmada!
—Sí, sí, soy una mujer sin corazón.
...
Cuanto más escuchaba Samuel esta conversación, más extraño le parecía esto.
Recordando que Rosa había mencionado que este chico era el hermano menor de una amiga.
Así que esta amiga...
Samuel la interrogó: —Abogada Rosa, ¿él es tu hermano?
Rosa afirmó sin remordimientos: —Sí, te presento a Ricardo, mi hermano de verdad, ¿no crees que nos parecíamos un poco?
Teodoro se atragantó con la carne: —... ¿Él es tu hermano? Pero dijiste que era el hermano menor de una amiga.
Rosa aclaró de inmediato: —Sí, soy amiga de Vivianita.
Señaló hacia sí misma y luego hacia Ricardo: —Él es el hermano menor de la amiga de Vivianita, ¿algún problema?
Teodoro: —...
Samuel: —...
¡Maldad pura!
Viviana, ya fuera del restaurante.
¡Y por favor suelta mis manos!
David bajó la mirada con ojos sombríos: —Eso ya pasó.
—... Si ya pasó, ¿por qué seguías tan enojado?
—¿Qué creías?
Sus ojos se entrecerraron con un aura peligrosa, y sus brazos apretaron con más fuerza.
El corazón de Viviana palpitaba con intensidad, incapaz de pensar.
¿Qué esperaba que debía sentir ella?
Sentía algo... presionando contra su cintura, y un calor ardiente subió a su rostro: —¿Podemos sentarnos a hablar, por favor?
—No cambies de tema.
—...¡Maldita sea! ¿Quién habla en esta posición?
Ella golpeó el suelo, furiosa.
Justo después de decirlo, David giró su cuerpo, controlándola contra una esquina, cambiando a una posición cara a cara y muy cercana.
Viviana: —...
Eso era peor que antes, ¡no es así! ¡Antes eso también era inaceptable!
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!