Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 258

Viviana no era tan terca.

Ella sonrió. —En realidad, ¿qué importaba si se resistía o no? Si no podía resistir, solo se dejaba llevar y hacía lo que quisiera sin preocuparse por las consecuencias.

Rosa dijo: —No te preocupes por las consecuencias, David encontrará una solución.

Viviana sonrió de nuevo: —Para él, no era más que un pequeño episodio en su vida. Tenía demasiadas cosas que hacer y qué pensar. No le gustaba la señorita Nayeli, sus padres no lo obligarían, pero eso no significaba que ella fuera aceptada.

—Aunque estuvieran juntos, esto era solo un sueño. No importaba cuán hermoso y mágico fuera, como un cuento de hadas, o brillante como las flores de verano, un sueño era solo eso un simple un sueño. La gente no podía soñar para siempre, él algún día despertaría, y ella... tenía miedo de enfrentarse al despertar del sueño.

Rosa suspiró profundo: —Tenías miedo de esto y aquello. ¿No temías que él pensara que no lo amabas y eligiera a alguien más? Eso te dolería. ¿No es así?

—Que me doliera entonces. —Viviana fue muy directa.—Solo me dolería un rato. Era mejor eso que perderse por completo en un sueño y despertar con heridas profundas para curarse a sí misma.

—...

Rosa se quedó sin palabras.

Las cosas borrosas y somnolientas que eran hermosas, ella tenía que diseccionarlas como un cuerpo, sacando el corazón, el hígado, el bazo, los pulmones y los riñones para estudiarlos a fondo, haciéndolo todo sangriento, lo que sonaba absolutamente algo horripilante.

—Vivianita, eras una persona que rechazabas el amor.

Viviana bajó la cabeza y jugó con su celular.

Lo que no le dijo fue que ya se sentía mal mientras hablaba de esto.

Tal vez, debería alejarse un poco más de David, no podía dejar que él se viera involucrado sin razón alguna por su propia fobia al compromiso emocional. Él merecía a una chica pura, que tuviera grandes expectativas y pasión por el amor.

Justo cuando pensaba esto.

El celular sonó.

Era una llamada de David.

Ella se sobresaltó, tal vez porque acababa de pensar en él en el baño y había hablado de él con Rosita, ahora su mente estaba llena de él, y ver que él la llamaba la hizo sentir culpable y nerviosa.

Se aclaró la garganta con fuerza y contestó enseguida, —dime jefe David.

—...

La voz tensa hizo que David quedará pensativo.

Él guardó silencio por dos segundos y luego dijo calmadamente, —prepárate, saldremos en quince minutos.

Viviana: —Sí, está bien.